Cerca de 2.000 personas acudieron este domingo a Predappio (centro de Italia), la localidad natal y donde desde 1957 está enterrado Benito Mussolini, para conmemorar el centenario de la Marcha sobre Roma, el 28 de octubre de 1922, que supuso el inicio del régimen fascista.
Fascistas procedentes de toda Italia llegaron a este pequeño pueblo, de 2.600 habitantes, enclavado en la región de Emilia Romagna, para participar en la marcha organizada por el presidente de los Arditi di Ravenna, Mirco Santarelli, al cementerio de San Cassiano, donde se encuentra la cripta del Duce.
Entre ellos, un grupo de españoles, llegados desde Valladolid, con la bandera de la Falange, informó la biznieta del Duce, Orsola Mussolini, que agregó: “Con España, y con Franco, hay siempre una gran relación”.
La biznieta de Mussolini explicó en su saludo a los participantes: “Si seguimos aquí después de 100 años, es para rendir homenaje a quien quiso este Estado y a quien nunca dejaremos de admirar”.
Esta es una de las tres fechas al año en las que la familia abre la cripta de Mussolini, quien fue ajusticiado en 1945 tras ser capturado por la resistencia italiana, las otras son el 28 de abril (muerte del Duce) y el 29 de julio (su nacimiento en 1883).
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En esta ocasión se celebraba los 100 años de la llegada al poder del fascismo y por ello este viernes también quisieron manifestar en Predappio unos 1.000 antifascistas en una iniciativa organizada por la Asociación de Partisanos (ANPI) para pedir: “Nunca más fascismos y racismo en Italia”.
En la marcha de los “camisas negras” en Predappio aunque se pidió que no se hiciese el saludo fascista, hubo muchos que lo hicieron a la llegada de la marcha a la tumba del dictador y se contaron canciones como “Carita negra” de la tradición fascista.
Según recogen los medios, los manifestantes, entre ellos familias con hijos, pidieron que el próximo gobierno de la ultraderechista Giorgia Meloni elimine la ley Mancino, que incluye normas que sancionan las conductas atribuibles al fascismo y al racismo, porque penaliza el “delito de opinión”.
La ley “es usada como aceite de ricino por la izquierda para callarnos. En el momento en que alguien me pide una opinión sobre Mussolini y yo, por supuesto, que hablo bien, me arriesgo a que me denuncien. Una ley que castiga las opiniones de las personas es cien por cien antidemocrática”, aseguró Mirco Santarelli, presidente de los Arditi di Ravenna.
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A su llegada a la tumba como es habitual, sobre todo vestidos con camisas negras, se gritó tres veces: “Camarada Mussolini. ¡Presente!” y muchos levantaron la mano como se saludaba durante el fascismo, algo que en pasadas ocasiones había provocado advertencias de prohibir futuras manifestaciones de este tipo.
El primer alcalde de derechas desde hace 75 años de Predappio, Roberto Canali, prometió que la tumba de Mussolini se abriría permanentemente, ya que supone para el municipio un importante reclamo turístico.
(Con información de EFE)
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