La ONU dijo este viernes que está cada vez más preocupada por el número de muertes que se están registrando en las protestas en Irán y reclamó a las autoridades que abandonen el uso excesivo de la fuerza y que escuchen las reclamaciones “legítimas” de los manifestantes.
La organización internacional se pronunció así en plena intensificación de las protestas desde la conmemoración del fallecimiento de Mahsa Amini hace dos días, a las que Teherán ha respondido con una fuerte represión que ha causado al menos ocho muertes en las últimas jornadas, según grupos de derechos humanos.
“Condenamos todos los incidentes que han resultado en muertes o lesiones serias de manifestantes y reiteramos que las fuerzas de seguridad deben evitar todo el uso de la fuerza innecesario o desproporcionado contra manifestantes pacíficos”, dijo el portavoz de Naciones Unidas Stéphane Dujarric.
En su conferencia de prensa diaria, Dujarric llamó a las autoridades iraníes a “respetar los derechos humanos, incluidos los derechos de las mujeres y el derecho a la asamblea pacífica, la libertad de expresión y la libertad de asociación”.
“Urgimos a las autoridades a abordar las reclamaciones legítimas de la población, incluidas aquellas con respecto a los derechos de las mujeres”, señaló el portavoz, que consideró que esta crisis “puede y debe resolverse con diálogo”.
Irán está viviendo protestas desde la muerte, el 16 de septiembre, de Amini tras ser detenida tres días antes por la Policía de la moral por llevar mal puesto el velo islámico.
Las movilizaciones están protagonizadas sobre todo por jóvenes y mujeres al grito de “¡Mujer, vida, libertad!” que lanzan consignas contra el Gobierno y queman velos, uno de los símbolos de la República Islámica.
Las manifestaciones han ido evolucionando desde su comienzo en septiembre y en las últimas semanas estaban centradas en universidades en pequeños grupos, algo que ha cambiado en los últimos días.
Este viernes, la Oficina de Naciones Unidas para los Derechos Humanos acusó a las autoridades iraníes de no entregar a las familias los cadáveres de los manifestantes muertos en las protestas, o de hacerlo solo bajo ciertas condiciones.
En algunos casos la entrega de los cuerpos solo se produce si las familias se comprometen a no celebrar funerales o a no hablar con la prensa, aseguró una portavoz, quien también citó denuncias de heridos a los que se les ha negado un tratamiento médico en centros de detención.
Los recuentos de varias organizaciones gubernamentales sitúan el total de fallecidos a manos de fuerzas de seguridad en más de un centenar desde que comenzaron las protestas.
(Con información de EFE)
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