Japón está considerando adquirir misiles de crucero estadounidenses Tomahawk para aumentar su poder disuasorio, adelantaron este viernes fuentes gubernamentales, en el marco del endurecimiento de su estrategia de defensa.
Las deliberaciones sobre la compra de misiles Tomahawks, con un alcance de hasta 2.500 kilómetros, surgieron durante las conversaciones que el ejecutivo nipón está llevando a cabo mientras esboza su nuevo plan de defensa, que anunciará a finales de este año, según adelantó la agencia de noticias local Kyodo.
En esta renovación de su estrategia defensiva, Tokio pretende dar un giro de 180 grados y adquirir “capacidades de contraataque” ante eventuales ataques en el actual contexto de seguridad, con la guerra en Ucrania, la tensión creciente entre Taiwán y China, y los lanzamientos a ritmo acelerado de Corea del Norte.
Japón viene intentando desarrollar sus propios misiles de separación, capaces de atacar barcos enemigos desde fuera de su campo de tiro y de ser disparados no sólo desde tierra, sino también desde barcos y aviones, algo estratégicamente conveniente para la nación insular.
Para lograrlo, el país planea ampliar el alcance de los misiles guiados de superficie a barco Tipo 12 de las Fuerzas Terrestres de Autodefensa, pero todavía queda camino por recorrer al respecto.
No se espera que los misiles de desarrollo japonés se desplieguen al menos hasta 2026, con lo que el gobierno nipón está explorando cómo acelerar sus capacidades disuasorias en el cada vez más preocupante entorno de seguridad y recurrir a los misiles Tomahawk sería una de sus apuestas, según fuentes gubernamentales.
El Ejecutivo que lidera el primer ministro Fumio Kishida planea aprobar hacia finales de este año una nueva Estrategia de Seguridad Nacional, en la que se formalizaría el antes citado concepto de “capacidades de contraataque”, entre otras novedades destinadas a reforzar el potencial militar nacional.
En el marco de este tendencia de rearme, la Administración Kishida buscaría sentar las bases hacia un aumento presupuestario de la partida de Defensa para que alcance progresivamente en torno al 2 % del producto interior bruto japonés, frente al 1 % actual, lo que lo situaría al nivel del gasto de los países de la OTAN.
El pasado fin de semana, el primer ministro de Australia, Anthony Albanese, y su homólogo japonés, Fumio Kishida, firmaron una nueva declaración conjunta sobre seguridad, con la mirada puesta en fortalecer la cooperación en la defensa de un Indopacífico “libre y abierto” frente al auge de China.
“Juntos, estamos acelerando los esfuerzos mutuos para conseguir un Indopacífico estable, libre y próspero”, subrayó Albanese durante la ceremonia en Perth (Australia) en la que ambos dirigentes firmaron el pacto.
El acuerdo viene a reemplazar el texto vigente desde hace 15 años, y reconoce “el contexto de seguridad contemporáneo” para “expandir y fortalecer la cooperación en defensa, inteligencia, transición energética y cambio climático”, entre otras áreas, según un comunicado de la oficina del primer ministro australiano.
También menciona el refuerzo de la cooperación en la asistencia humanitaria, la respuesta a desastres, y la seguridad marítima y económica.
(Con información de EFE)
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