El desempleo subió en 60.800 personas durante el tercer trimestre del año en España, hasta situarse en 2.980.200, con lo que la tasa de desocupados aumentó al 12,67%, según datos del Instituto Nacional de Estadística publicados este jueves.
El número de ocupados, no obstante, aumentó en 77.700, hasta los 20.545.700, máximo de los últimos 14 años. Durante el verano boreal, la temporada turística alta, el sector de los servicios tiró del empleo, que cayó, por el contrario, en la agricultura y la construcción.
En cuanto a la población activa, que suma ocupados y personas en búsqueda de empleo, registró su máximo en 23.525.900 personas, tras crecer en 138.500 durante el trimestre, en un país de 47,4 millones de habitantes.
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Por sexos, el número de hombres desempleados disminuyó en 18.500, hasta 1.336.800; mientras las mujeres subieron en 79.300, hasta 1.643.400.
Por edad, bajó el desempleo entre las personas de 55 y más años (52.800), mientras que subió en 71.500 entre los menores de 25 años y en 42.100 entre los de 25 y 54 años.
Destaca que, dentro de los asalariados, los que tienen contrato indefinido se incrementaron en 444.200, mientras que los de contrato temporal se redujeron en 344.900.
Este repunte de los indefinidos supuso un máximo en la serie, con 13.890.800 asalariados que trabajan con este tipo de contrato.
La ocupación aumentó este trimestre en 52.300 personas en el sector público y en 25.400 en el privado.
España fue una de las economías occidentales más afectadas por el impacto económico de la pandemia de COVID-19, debido especialmente a su fuerte dependencia del turismo. En 2020, casi medio millón de personas perdieron su empleo.
Desde entonces, la cantidad de parados logró regresar a un nivel inferior de antes de la pandemia, aunque la tasa de desempleo en España sigue siendo una de las más altas de la Unión Europea, donde la media era de 6% a finales de agosto, según Eurostat.
Desde hace varios meses, muchas empresas lamentan, incluso, tener dificultades para encontrar trabajadores, especialmente en sectores como la hostelería, la restauración, la agricultura o la construcción.
Para tratar de paliar la situación, el gobierno adoptó a finales de julio una reforma que facilita el acceso a los visados de trabajo y la regularización de migrantes sin papeles para contrarrestar la falta de mano de obra en las profesiones con mayor demanda de efectivos.
(Con información de EFE y AFP)
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