La policía canadiense informó este jueves que está investigando reportes que afirman que China posee comisarías policiales ilegales en su territorio. Según denunciaron medios locales, apoyados en un informe de la ONG española Safeguard Defenders, las bases chinas están en una casa, un edificio comercial y un almacén en Toronto.
Estas serían sólo algunas de las comisarías que el régimen de Xi Jinping desplegó en todo el mundo, que se estima serían cerca de 54. Su propósito es perseguir y ejercer presión sobre los ciudadanos chinos que, por su disidencia con el único partido gobernante en los últimos diez años o tras ser acusados de algún delito, recurrieron al exilio.
En ese sentido, el departamento de policía canadiense afirmó que “está investigando reportes de actividad criminal en relación a estas ‘comisarías’” y agregó que “toman muy en serio las amenazas sobre la seguridad de los individuos viviendo en Canadá y está al tanto de que otros Estados pueden intentar intimidar o lastimar comunidades o individuos en el país”.
Por su parte, la embajada china en Ottawa aseguró que estas oficinas cuentan con “voluntarios locales y no oficiales de policía de China”, que asisten en los exámenes oftalmológicos de quienes necesitan renovar sus licencias de conducir, entre otras tareas. Remarcó, también, que “no están involucrados en ninguna investigación criminal o actividad de este tipo”.
Cómo operan éstas ‘comisarías’
En los últimos diez años de Xi Jinping en el poder, el mandatario ha hecho un enorme esfuerzo por silenciar las voces disidentes. Para ello, implementó las campañas conocidas como Skynet y Fox Hunt, con las que ejerce presión sobre ciudadanos que abandonaron el país tras ser acusados de delitos de guante blanco, para que vuelvan -junto con los activos- y enfrenten los respectivos cargos.
Para llevar a cabo estas operaciones, el Gobierno impulsó el despliegue de estas sedes que operan de manera encubierta, en lugares como locales u hogares. Según un vocero del Ministerio de Asuntos Exteriores de China, son estaciones que brindan servicio a chinos en el exterior que necesiten asistencia, entre otras cuestiones, con la renovación de su licencia de conducir o cualquier tipo de trámite. Además, con la excusa de la imposibilidad de regresar al país por restricciones de vuelo por la pandemia o, incluso, por el alto costo de los boletos de avión, estas redes se asentaron en muchas importantes ciudades, sin el conocimiento de las autoridades locales.
Sin embargo, Laura Harth -directora de la ONG que investigó el asunto- aseguró que “el objetivo es terminar con los disidentes y silenciar a las personas”. “La gente tiene miedo. Muchos de los que están en la mira, tienen familiares en China y tienen miedo de hablar”, denunció.
Con estas maniobras, Safeguard Defenders reportó que 230.000 acusados de fraude fueron “persuadidos a regresar” a China entre abril de 2021 y julio de 2022. Entre ellos, en 2020 un hombre acusado de crímenes ambientales fue forzado a viajar desde Madrid hasta Qingtian -en la provincia de Zhejiang- para entregarse a las autoridades.
“Estas operaciones evaden el trabajo bilateral de la policía y la cooperación, además de violar la ley internacional y -posiblemente- la integridad territorial de tecreros países involucdrados en este establecimiento de mecanismos policiales paralelos que empean métodos ilegales”, continuó el reporte.
Al respecto, Mao Nig -otro vocero del Ministerio chino- respondió este jueves que Beijing no hizo nada malo y que “las autoridades de seguridad pública siguen con detenimiento la ley internacional y respetan plenamente la soberanía judicial de otros países”.
Las ‘comisarías’ en el mundo
Junto con esta investigación iniciada en Canadá, este martes un grupo de periodistas denunció la presencia de estas comisarías en los Países Bajos, ubicadas en las ciudades neerlandesas de Ámsterdam y Róterdam. Calculan que operan en el territorio al menos desde el 2018. El gobierno local no ha recibido información sobre estas oficinas.
Tras conocerse esto, Wang Jingyu -un joven disidente chino- advirtió que lleva siendo presionado tres años para volver a su país “para resolver mis problemas” tras haber “insultado a héroes de guerra” con críticas al régimen en sus redes sociales. “Piensa en tus padres” fue otra de las amenazas que recibió en una llamada ejecutada desde la oficina en Róterdam, sumado a las amenazas de muerte y el acoso callejero.
El reporte de Safeguards Defenders advirtió también de la existencia de dos comisarías chinas en Budapest, tres en Portugal y una en Dublín -que el Gobierno local exigió que se cerrara y sobre la cual, posteriormente, la Embajada china aseguró que “las actividades de la oficina han cesado”-. En cuanto a las bases bajo territorio de la Unión Europea, el organismo comunicó este jueves que depende de cada país avanzar con investigaciones sobre el tema ya que constituye una cuestión de soberanía nacional.
En tanto, la cadena de noticias BBC hizo pública la presencia de sedes en Tanzania, a lo que la Embajada respondió que “están fabricando historias” en un mensaje en Twitter donde apuntaban a una estrategia de desinformación que busca romper con las relaciones entre China y África.
Por su parte, si bien no se han localizado comisarías en el país, Estados Unidos acusó el pasado viernes a siete ciudadanos de intimidar y perseguir a un exiliado en el país, por medio de los “escuadrones de repatriación” chinos.
(Con información de AP y AFP)
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