Los líderes de la Unión Europea expresaron conjuntamente el viernes su preocupación por la dependencia económica de China, en la antesala de un viaje del canciller alemán, Olaf Scholz, y jefes de empresas al país.
Conscientes de la dependencia del gas que se ha creado con Rusia y que Moscú ha aprovechado, muchos líderes de la UE dijeron que necesitaban una postura unida y más dura hacia China.
La Unión Europea debe “evitar ser ingenua” en su relación con China y, al mismo tiempo, “tampoco embarcarse en una confrontación sistemática” con Pekín, dijo este viernes el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel.
“Hay una voluntad de evitar ser ingenuos pero también de no embarcarse en una confrontación sistemática. Tenemos nuestro propio modelo para construir la relación con China. Hay consenso entre los líderes sobre la importancia de desarrollar una auténtica autonomía estratégica (...), y de reforzar y diversificar nuestras asociaciones con el resto del mundo”, dijo Michel en una rueda de prensa tras la cumbre europea de otoño.
Desde 2019, la UE considera oficialmente a China como un socio, un competidor económico y un rival sistémico.
El servicio de política exterior de la UE dijo en un documento preparado para la cumbre de líderes de esta semana que ahora se debe pensar en Pekín principalmente como un competidor que promueve “una visión alternativa del orden mundial”.
La actualización ocurre en un momento en que la coalición gobernante en Alemania estudia la posibilidad de permitir que el grupo naviero estatal chino Cosco tome una participación en una terminal portuaria de Hamburgo.
La respuesta del Gobierno, actualmente dividido sobre el asunto, se considera un indicador de hasta dónde está dispuesto a endurecer su postura hacia su principal socio comercial.
Scholz subrayó el viernes que la posible venta sólo se refería a una participación en una terminal y no a una participación mayoritaria en todo un puerto, como tiene Cosco en El Pireo.
La primera ministra finlandesa, Sanna Marin, dijo que los líderes no discutieron sobre el puerto de Hamburgo, pero sí tocaron el tema de las infraestructuras críticas, añadiendo que éstas no deben venderse a regímenes autoritarios.
El presidente francés, Emmanuel Macron, dijo que la UE había cometido “errores estratégicos” en el pasado con la venta de infraestructuras a China.
El cambio llega de la mano de la preocupación de los diplomáticos de la UE por el hecho de que el presidente chino Xi Jinping, que pronunció un discurso político clave el domingo, esté situando a China en una senda cada vez más autoritaria.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, dijo que el bloque había aprendido la lección de la dependencia de Rusia y que debía estar atento a China.
“En el caso de China, se trata del riesgo de la dependencia de las tecnologías y las materias primas”, dijo, y añadió que la UE necesitaba aumentar su capacidad de producción y orientarse más hacia proveedores de confianza.
La UE, en cualquier caso, sí que quiere seguir “estrechamente conectada” con China para temas como el cambio climático, pero ya mira a las alternativas para construir nuevas relaciones que ofrecerán en el próximo año y medio sendas cumbres con la Asociación de Naciones de Asia Sudoriental (ASEAN) o con Latinoamérica y el Caribe bajo la presidencia española del Consejo.
(Con información de Reuters y EFE)
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