Los iraníes, equipados con un simple teléfono celular, adoptan toda una serie de tácticas para hacer perdurar las manifestaciones contra la muerte de la joven Mahsa Amini, a pesar de la mortífera represión en el país.
La indignación por el deceso de esta kurda iraní de 22 años el 16 de septiembre provocó las mayores manifestaciones en Irán desde las protestas de 2019 contra el aumento del precio de la gasolina.
Mahsa Amini fue detenida el 13 de septiembre por la policía de la moral de Teherán por violar el estricto código de vestimenta de la República Islámica para las mujeres, que prevé el uso del velo.
A pesar de las restricciones de acceso a internet impuestas por las autoridades y el bloqueo de aplicaciones populares como Instagram o WhatsApp, los jóvenes internautas todavía consiguen publicar videos de las manifestaciones captados con sus teléfonos celulares.
Imágenes como las de conductores que tocan bocina en Teherán, en apoyo de los manifestantes, y bloquean carreteras con sus coches para retrasar el despliegue de las fuerzas de seguridad que, a su vez, utilizan motocicletas para abrirse camino en los atascos de tráfico. Los agentes del orden incluso arrancan las placas de los vehículos para identificar a los conductores. Algunos disparan a los manifestantes con escopetas y balas de pintura para tratar de localizarlos después, según los videos.
Para hacer frente a la represión, los jóvenes llevan máscaras y chaquetas con capucha, ponen sus teléfonos móviles en modo avión para evitar ser ubicados y llevan con ellos ropa adicional para sustituir a las salpicadas de pintura.
En los videos compartidos en las redes sociales, manifestantes desmontan una cámara de vigilancia en Sanandaj, la capital de la provincia de Kurdistán de donde procede Mahsa Amini. Algunos organizan reuniones más restringidas, lejos de las grandes plazas de la ciudad.
“Nueva fase”
”El levantamiento continúa, pero vemos menos videos debido a las severas restricciones de acceso a internet”, tuiteó Shadi Sadr, director de la ONG Justice for Iran, con sede en Londres. Aquellos que están demasiado intimidados para manifestarse encontraron otros medios, más discretos.
Hace dos semanas, fuentes en Teherán parecían llenas de sangre después de que un artista tiñera sus aguas de rojo para reflejar la represión mortífera.
Estudiantes de arte de una universidad de Teherán incluso filmaron un video mostrando sus manos levantadas y cubiertas de pintura roja.
”Esta nueva fase en las protestas está más descentralizada que las anteriores. Se hace sin liderazgo, organización o reivindicaciones particulares”, destacó Omid Memarian, analista iraní de la ONG Democracy for the Arab World Now (DAWN), a la agencia AFP.
”Por el contrario, llaman a la “muerte” del dictador y al fin de la República Islámica”, añadió.
Desafiando a las autoridades, militantes del grupo de hackers Edalat e Ali piratearon un noticiero en directo de la televisión estatal, difundiendo una imagen del líder supremo Ali Khamenei en llamas. En un video que se hizo viral esta semana, el rostro de Mahsa Amini se proyectó en una torre de Ekbatan Town, un barrio situado en el corazón de la capital iraní.
Otro video transmitido el miércoles muestra a dos mujeres sin velo en una calle del oeste de la capital tomando a gente en brazos delante de un cartel que dice “abrazos para los que están tristes”. En algunas aulas, algunas niñas se atrevieron a hacer un gesto desafiante delante de retratos del Líder Supremo, de espaldas a la cámara y tras quitarse los pañuelos de la cabeza.
”Por el momento, ni el Estado ni los manifestantes son capaces de superar el desafío planteado por el otro, lo que sugiere que las protestas y las violencias actuales podrían durar mucho tiempo”, afirma Henry Rome, especialista de Irán en el Washington Institute.
(Con información de AFP)
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