Taiwán impulsa medidas para relajar las normas de visado y residencia para los profesionales extranjeros, ya que el país, dependiente de la industria, quiere garantizar un flujo de talento antes de que su población disminuya, según el director de la oficina de proyectos a cargo del sistema.
Cuatro organismos gubernamentales que examinan las solicitudes de la Tarjeta Dorada de Empleo de Taiwán están estudiando la posibilidad de admitir a profesionales de nuevos campos y de facilitar que los que lleguen se queden más tiempo, declaró el martes Jonathan Liao al medio South China Morning Post.
Los cambios, que podrían seguir a las discusiones internas previstas para el primer trimestre del próximo año, impulsarían el objetivo de Taiwán de encontrar 400.000 trabajadores de cuello blanco (profesionales asalariados o trabajadores con un mínimo de estudios), en su mayoría extranjeros, para 2030, añadió Liao.
Se espera que la población de Taiwán, de casi 24 millones de habitantes, comience a disminuir en 2031 debido a la baja tasa de natalidad causada por el aumento de los costes de las guarderías y otros factores socioeconómicos, según South China Morning Post.
Esto amenaza la productividad de una economía de 759.000 millones de dólares que depende de los últimos talentos para producir electrónica de consumo, maquinaria y otros bienes manufacturados para la exportación mundial.
“De cara al futuro, todavía están estudiando todas las áreas en las que se pueden relajar las restricciones en cierto sentido, analizando los criterios en términos de cuáles son demasiado estrictos”, dijo Liao al medio de Hong Kong, en referencia a los ministerios taiwaneses encargados de establecer las políticas.
Taiwán compite por trabajadores extranjeros con China continental y Hong Kong, así como con otros países asiáticos, en medio de la preocupación generalizada por la disminución de la mano de obra debido a las bajas tasas de natalidad y el envejecimiento de la población.
El presidente chino, Xi Jinping, prometió el año pasado que China “agotaría todos los medios” para reclutar profesionales innovadores del extranjero.
Sin embargo, los expertos creen que las tensas relaciones con Estados Unidos y una estricta política de inmigración han frenado el interés de los extranjeros por emigrar a China. Por eso, se espera que el régimen se enfoque en intentar atraer a sus propios ciudadanos del extranjero.
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