A dos días de la competencia de escalada en Corea del Sur, en la que Elnaz Rekabi se presentó sin su velo y logró un cuarto puesto, crecen la preocupación y los interrogantes sobre su situación.
Este martes, la deportista utilizó sus redes sociales para llevar tranquilidad a la gente al respecto. En una historia de Instagram, la joven escribió un mensaje en el que dijo: “En estos momentos estoy regresando a Irán con el equipo según el calendario previsto”.
Asimismo, se disculpó por “cualquier preocupación” que pudo causar y explicó que su decisión de mostrarse sin velo “no fue intencional”, sino que se debió a que fue llamada a competir antes de lo previsto.
Sin embargo, este mensaje -que no la muestra a ella en ningún momento- ha aumentado las dudas sobre su caso, en base a declaraciones de su entorno -que afirman que está privada de su libertad- y de experiencias pasadas con deportistas que también demostraron durante sus pruebas su solidaridad con las protestas que han tomado las calles de todo el país.
En los últimos días, habían trascendido informes no confirmados que decían que la mujer había recibido presiones de funcionarios iraníes en Corea del Sur. Por su parte, la cadena de noticias BBC citó a una fuente anónima que afirmaba que sus amigos no podían contactarla y que la comitiva dejó el hotel en Seúl el lunes, dos días antes de lo previsto. La misma fuente agregó que su teléfono y su pasaporte habían sido confiscados.
En tanto, el sitio web de noticias Iran Wire informó que el presidente de la Federación iraní de Escalada, Reza Zarei, la llevó engañada a la embajada del país y, desde allí, la condujo directamente al aeropuerto. También, le habría prometido un regreso a salvo a Irán a cambio de su teléfono y su pasaporte. El mismo medio había informado horas atrás que su voluntad era volver a su país y no buscar asilo “porque su esposo está en Irán y quería regresar después de la competencia”.
No obstante, este martes la embajada iraní en Seúl emitió un comunicado que, según la agencia de noticias AFP niega “toda la información falsa y desinformación” sobre la situación y asegura que la deportista abandonó Corea del Sur junto a sus compañeros ese mismo día.
El caso, que no tardó en cobrar relevancia mundial, llegó al Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, que dijo “estar al tanto” del tema y prometió seguirlo “muy de cerca”, según declaraciones de la portavoz Ravina Shamdasani, desde Ginebra.
A pesar de las múltiples muestras de apoyo hacia Rekabi -entre ellas, una marea de simpatizantes que en las redes la llamaban “heroína” y mostraban su foto junto al lema “mujer, vida, libertad”-, la agencia de noticias iraní Fars denunció la actitud de la mujer.
En una editorial en la que procuraron no nombrarla, el autor se pregunta por qué los medios de comunicación “occidentales, sionistas y sauditas” ignoran el desempeño de las deportistas iraníes con velo y “destacan las de una mujer con un comportamiento poco convencional”.
Esta no es la primera vez que la rebelión contra el régimen llega al mundo del deporte, desde el establecimiento de la República Islámica en 1979. Luego del estallido de la ola de protestas tras la muerte de Amini, el pasado 10 de octubre la leyenda Ali Daei se pronunció en contra del régimen a través de sus redes sociales, lo que le costó la confiscación de su pasaporte.
También, en 2019 la boxeadora Sadaf Khadem compitió en un certamen deportivo sin velo y, desde entonces, vive exiliada en Francia.
(Con información de AFP)
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