Este sábado por la noche, medios oficiales iraníes confirmaron un incendio en la principal prisión de Teherán, en Irán. El incidente fue provocado por un grupo de presos, quienes prendieron fuego el almacén de ropas. Rápidamente, se generó un clima de caos que derivó en un enfrentamiento entre los reclusos y las fuerzas de seguridad del centro penitenciario Evin, la mayor cárcel de Teherán, donde se encierra a presos políticos.
“Ahora la situación está completamente bajo control y se mantiene la paz en la prisión”, anunció una fuente de seguridad citada por la agencia de noticias oficial IRNA. Por su parte, la agencia Mizan, del Poder Judicial, ratificó la versión y agregó que “el fuego ha sido contenido y extinguido”.
Según informó el diario reformista Shargh, al interior de la prisión se produjeron tambuén explosiones y las carreteras de la zona fueron cortadas por la Policía. No obstante, a pesar de estar bloqueadas las ruta, las personas comenzaron a acercarse a la zona a pie, según informó la ONG Iran Human Rights.
Imágenes de los incidentes se difundieron por redes sociales. En ellos se pueden ver las llamas y se oyen disparos y explosiones, acompañados de gritos de los reos pidiendo “muerte al dictador”, en referencia al líder supremo de Irán Alí Khameneí.
Según un bombero que ayudó a apagar las llamas, hay al menos ocho heridos.
La prisión de Evin está ubicada al oeste de Teherán y abarca un espacio de 40 hectáreas. Algunos de sus módulos están controlados por el Poder Judicial, mientras que otros dependen del Ministerio de Inteligencia y de la Inteligencia del Cuerpo de los Guardianes de la Revolución.
Diversos grupos de derechos humanos han denunciado torturas contra los detenidos, entre los que se encuentran presos políticos y reclusos con doble nacionalidad.
Este incidente tiene lugar en medio de la ola de protestas que hace un mes se desarrollan en las calles de todo el país, en las que se reclama justicia por la joven kurda Mahsa Amini -quien murió en manos de la policía de la moral, que la había detenido por llevar mal colocado el velo- y que pide, también, por el fin de las leyes misóginas y arcaicas, junto con la caída de Alí Jameneí.
Desde entonces, según Human Rights Activists ya se han registrado más de 200 muertos -entre ellos, 18 niños- y 5.500 detenidos a raíz de los violentos enfrentamientos que se producen con las fuerzas policiales, quienes utilizan armas de fuego, gases lacrimógenos y pistolas taser, entre otras. En otro intento del régimen por sofocar a los manifestantes, un grupo de fiscales aseguró un proceso de justicia rápida para los “alborotadores”, por lo que 60 detenidos ya fueron procesados.
Días atrás, el ayatollah Alí Khamenei había acusado a los “enemigos” de Irán de avivar “estos discursos callejeros”, sumado a las declaraciones previas del presidente Ebrahim Raisi, en las que había apuntado contra Estados Unidos por dirigir una “política fallida de desestabilización” contra su nación. Por su parte, el secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, condenó este viernes la represión en las protestas, lamentó que posiblemente Teherán instrumentalice el gesto y pidió por la liberación de los manifestantes detenidos.
“Teherán intentará pintar esta y otras expresiones de solidaridad con aquellos que defienden sus libertades como pruebas de que las protestas han sido de alguna manera fabricadas fuera de Irán. Si realmente creen eso, es que fundamentalmente no entienden a su propio pueblo”, aseguró.
(Con información de EFE y AFP)
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