El 20º Congreso del Partido Comunista de China (PCC), que se abre este domingo en Pekín, durará hasta el 22 de octubre, anunció este sábado Sun Yeli, vocero de ese evento. La gran cita quinquenal de la vida política china prevé acordar al presidente Xi Jinping un tercer mandato al frente de la organización política y del país.
Al día siguiente del cierre, es decir el 23 de octubre, se revelará la composición del nuevo Comité Permanente del Buró Político, el grupo de siete o nueve personalidades que encarna la cúpula del poder, incluido el secretario general del PCC, actualmente Xi Jinping.
En total, unos 2.300 delegados, elegidos por las diferentes asambleas del partido único, se reunirán a puerta cerrada tras la ceremonia de apertura el domingo en Pekín, en el Palacio del Pueblo.
Xi Jinping, de 69 años, hará allí el balance de estos cinco últimos años, y comunicará su hoja de ruta para el próximo lustro en un discurso televisado.
El congreso, el 20º desde la creación del PCC en 1921, dará lugar previsiblemente a una gran reconfiguración del Comité Permanente del Buró Político. Según la tradición no escrita, una parte de los miembros actuales de este cenáculo dirigente han alcanzado la edad en la que deben retirarse.
Aislamiento por el COVID-19
Mientras el resto del mundo volvió gradualmente a la situación previa a la pandemia, Pekín se aferra a su estrategia cero COVID, con restricciones de viaje, cuarentenas obligatorias y recurrentes confinamientos.
Además de las inconveniencias causadas a la población, la política también perjudicó a los negocios. El crecimiento económico se ha ralentizado justo cuando emergen otros problemas de larga cocción, como el declive de la burbuja inmobiliaria.
”La política cero COVID de Pekín ha desincentivado inversiones muy necesarias y ha fracasado en ganarse el corazón y las mentes de los jóvenes chinos, que son quienes más han sufrido económica y socialmente”, dijo Yu Jie, del programa Asia-Pacífico del grupo de reflexión Chatham House.
Las relaciones con Estados Unidos se envenenaron todavía más en los últimos cinco años y la política exterior más agresiva de Xi causó disputas con numerosos países como India, Australia o Canadá.
Los países occidentales criticaron la retórica beligerante frente a la isla gobernada autónomamente de Taiwán y acusaron a China de abusos de los derechos humanos, especialmente contra la minoría uigur en la región occidental de Xinjiang.
”El tercer mandato del presidente Xi, que rompe con los precedentes, no augura nada bueno para los derechos humanos en China y en todo el mundo”, dijo Xaqiu Wang, investigador sobre China en Human Rights Watch.
¿Xi de por vida?
Con 96,7 millones de miembros, el Partido Comunista de China es una de las mayores organizaciones políticas del mundo, pero sus mecanismos internos son opacos. Los observadores solo pueden suponer la futura composición del Comité Permanente, cuyos miembros se sitúan en la cumbre del poder del país.
Desde los 1990, los miembros del Buró Político se retiran generalmente después de dos mandatos, pero la reelección de Xi rompería con esta tradición.
La elección de las personas que rodearán a Xi será crucial, dijo Steve Tsang, director del SOAS China Institute. ”Creo que Xi tendrá cuidado de enviar un mensaje claro de que nadie promocionado al Comité Permanente será un sucesor en el 21º Congreso”, apuntó.
Su configuración no se revelará hasta el día después de que termine el Congreso.
Si, como se espera, Xi se mantiene como secretario general, será confirmado para otro mandato presidencial en el encuentro anual de la Asamblea Popular Nacional de China en marzo. Muchos observadores auguran que no será su último mandato. ”La incertidumbre es absoluta”, dijo el politólogo Jean-Pierre Cabestan.
”Pero la promoción del pensamiento de Xi Jinping, la restauración del culto a la personalidad, la importancia de su poder en el corazón del liderazgo del partido, esto evoca a alguien que se quedará en el poder mucho tiempo, puede que de por vida”, añadió.
(Con información de AFP)
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