Líbano aprobó el tratado de delimitación marítima con Israel, que abre la vía a la explotación de hidrocarburos en esa zona del Mediterráneo, anunció el jueves el presidente Michel Aoun.
“El Líbano no ha cedido ni un kilómetro a Israel, al igual que obtuvimos todo el campo de Qana sin tener que pagar ninguna compensación, a pesar de que no toda la superficie del yacimiento está en nuestras aguas”, dijo el jefe de Estado libanés durante un discurso a la nación.
El anuncio libanés se produce dos días después de que el primer ministro israelí, Yair Lapid, calificara el acuerdo de “histórico”.
En su esperada intervención, la primera desde que el pasado martes Israel anunciara unilateralmente la consecución de un pacto con Beirut, Aoun confirmó la luz verde libanesa a la versión final del texto, tal y como ya había adelantado el ministro de Energía, Walid Fayyad.
“Se llegó a un acuerdo indirecto por el que el Líbano mantiene sus fronteras declaradas en el decreto número 6433, todos sus bloques y todo el campo de Qana, además de las garantías estadounidenses y francesas para reanudar inmediatamente las actividades petroleras en aguas marítimas libanesas”, afirmó el mandatario libanés.
Luego de muchos intercambios entre las partes, el mediador estadounidense, Amos Hochstein, entregó la noche del lunes la última versión del texto.
Con el decreto 6433, emitido en 2011, el Líbano declaró de forma unilateral la extensión de su Zona Económica Exclusiva y la geolocalización de las “fronteras” de la misma, dejando abierta la posibilidad de redefinirlas a través de negociaciones con los “Estados vecinos relevantes”.
La nación de los cedros y el Estado judío, que no mantienen relaciones diplomáticas y están técnicamente en guerra, comenzaron un diálogo indirecto para delinear su divisoria marítima en octubre de 2020, retomándolo este verano tras un largo paréntesis por desacuerdos en las demandas básicas.
El presidente libanés precisó que el acuerdo también estipula cómo serán resueltas otras disputas que puedan surgir en el futuro, así como el protocolo de actuación en caso de que se hallen otros yacimientos de gas que se extiendan a ambos lados de la frontera.
Asimismo, destacó que el texto no afecta a la divisoria terrestre entre los dos países, separados únicamente por una “línea de repliegue” temporal decretada por la ONU en 2000, coincidiendo con la retirada de las fuerzas israelíes del sur del Líbano.
Tampoco supone una “normalización” de relaciones con el Estado judío, defendió Aoun, al recordar que las conversaciones fueron en todo momento indirectas, a través de mediadores estadounidenses y de la ONU.
“Espero que el final de estas negociaciones sea un inicio prometedor que ponga los cimientos de la reavivación económica necesaria para que el Líbano complete la excavación de petróleo y gas, lo que logrará estabilidad, seguridad y el desarrollo que necesita nuestro país”, concluyó.
Las autoridades libanesas apuestan por la presencia de hidrocarburos para ayudar a hacer frente al colapso económico que sobrelleva el país desde hace tres años, descrito por el Banco Mundial como uno de los peores del mundo en los tiempos modernos.
(Con información de AFP y EFE)
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