El Palacio de Buckingham anunció este martes que Carlos III será coronado el 6 de mayo del año entrante en la Abadía de Westminster. Junto a él, se coronará a su mujer Camila, como Reina Consorte.
La ceremonia tendrá lugar el mismo día del cumpleaños número cuatro de su nieto, Archie, hijo de Harry y Megan, y será tras un período de varios meses de luto por la muerte de su madre, Isabel II, el pasado 8 de septiembre, en señal de respeto. Durante este rito, recibirá la corona junto con el cetro y el orbe, símbolos de su reinado.
El rito religioso, oficiado por el arzobispo de Canterbury, Justin Welby, “reflejará el papel del monarca en la actualidad y mirará hacia el futuro, al mismo tiempo que estará enraizado en el boato y las tradiciones históricas”, describió el Palacio sobre la coronación del monarca de 73 años.
Ésta es una tradición que data de hace cerca de 900 años y que casi no ha tenido variaciones desde la conquista normada de Inglaterra en 1066. Carlos es el número 41 de participar del rito -en una línea que se remonta a Guillermo- y será también el de mayor edad en ser coronado. Sin embargo, si bien se mantienen los principales elementos tradicionales, el Palacio adelantó que se incluirán también algunos componentes novedosos, acordes al “espíritu de nuestro tiempo”.
Se espera que esta ceremonia sea más modesta que la realizada el 2 de junio de 1953, durante la coronación de su madre. Asimismo, sería una manera de reflejar su deseo por un reinado con un tono más austero y de evitar las críticas por el costo que implica -en un momento delicado para la economía del país, que se enfrenta a una crisis en el costo de vida a raíz de una recesión y una suba en la inflación-.
De esta manera, la lista de invitados sería más reducida a la de ocasiones pasadas y la duración, menor a las tres horas. No obstante, entre las tradiciones que se conservarán está el transporte de Carlos, quien podría viajar desde el Palacio de Buckingham hasta la Abadía en el mismo carruaje dorado que su madre.
Durante la jura, Carlos III confirmará su intención de reinar el país y los otros 14 de los que es jefe de Estado -incluidos Australia, Canadá y Nueva Zelanda- “de acuerdo a sus respectivas leyes y costumbres” y aplicando la “ley y la justicia” en sus decisiones.
El arzobispo será el encargado, también, de colocarle al nuevo Rey la corona de San Eduardo sobre la cabeza, una pieza sólida de oro que data de 1661. Ésta es la pieza principal de las Joyas de la Corona y es utilizada únicamente al momento de la coronación -por su relevancia y por su peso de 2,23 kilogramos-.
También, será ungido con aceite de naranja, rosas y canela. Todo el evento estará acompañado de música y oraciones.
Junto a él, Camila será coronada como reina consorte en una liturgia “similar” aunque “mas sencilla”, se explayó el Palacio.
Estará a cargo de la preparación de todo el evento el duque de Norfolk, Edward Fitzalan-Howard, quien también organizó el funeral de la Reina. Sin embargo, semanas atrás se lo vio envuelto en una polémica por la cual se le ha retirado su permiso de conducir por un lapso de seis meses tras haberse saltado un semáforo en rojo por utilizar su celular al volante.
La última vez que se había realizado esta ceremonia de coronación fue con Isabel II, la primera en ser televisada -una iniciativa impulsada por su marido, el príncipe Felipe-. Esto fue considerado un hito en la modernización de la monarquía. Al evento concurrieron 8.251 invitados, entre ellos, representantes de 129 naciones y territorios.
(Con información de AFP, EFE y The New York Times)
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