“Rusia continúa con su terror de misiles contra la población civil en Zaporizhzhia. 12 ataques sobre zonas residenciales durante la noche. Necesitamos urgentemente más sistemas modernos de defensa aérea y antimisiles para salvar vidas inocentes. Insto a los socios a que aceleren las entregas”, pidió Dmytro Kuleba, ministro de Asuntos Exteriores de Ucrania.
El pedido de Kuleba llega luego del criminal bombardeo ruso que mató a al menos 17 este domingo en la ciudad de Zaporizhzhia, en el sur de Ucrania, tres días después de unos ataques que causaron otros 17 fallecidos, indicaron las autoridades locales.
“Tras un ataque nocturno con misiles en Zaporizhzhia (...) han muerto 17 personas”, según un primer balance, declaró en su cuenta de Telegram Anatoliy Kurtev, secretario del consejo municipal de la ciudad.
Los bombardeos dañaron “al menos 20 casas” y unos 50 bloques de viviendas, así como cuatro centros educativos, precisó Kurtev.
El último jueves, la ciudad ya había sido blanco de otros siete misiles, que dejaron 17 fallecidos.
El presidente de Ucrania, Volodimir Zelensky, advirtió este domingo de que bombardeos como los lanzados en los últimos días contra Zaporizhzhia, en el sureste de Ucrania, con decenas de muertos, no quedarán impunes.
“Desde el que dio esta orden hasta todos los que la ejecutaron. Tendrán que rendir cuentas. Con toda seguridad. Ante la ley y ante la gente”, escribió Zelensky en un mensaje en Facebook, que recogen las agencias ucranianas.
El mandatario habló de “mezquindad absoluta”, de “maldad absoluta” y calificó a las tropas rusas de “salvajes y terroristas”.
La ciudad de Zaporizhzhia se sitúa en la región homónima donde se encuentra la planta nuclear tomada por los rusos y que se ha visto amenazada por los continuos combates a su alrededor.
El sábado, la agencia nuclear de Naciones Unidas alertó de que la central, la mayor de Europa, había perdido su última fuente externa de electricidad debido a los ataques y dependía ahora de generadores de emergencia.
Zaporizhzhia es también una de las cuatro zonas cuya anexión fue anunciada la semana pasada por el presidente ruso, Vladimir Putin, en contra del derecho internacional.
Los bombardeos de este domingo ocurren al día siguiente de una enorme explosión, atribuida por Moscú a un camión bomba, en el puente de Crimea, que conecta Rusia con esta península del sur de Ucrania anexionada por Moscú en 2014.
El episodio es uno de los golpes más duros a Vladimir Putin desde el hundimiento del crucero Moskva, buque insignia de su flota del Mar Negro, en abril pasado.
La explosión, además, se dio en medio de una feroz y eficaz contraofensiva ucraniana que sacó a la luz las internas en Moscú.
La explosión produjo el colapso de dos secciones de la parte automovilística del puente, en el que también habrían quedado dañados 1,3 kilómetros de vías ferroviarias.
El puente, inaugurado en 2018 y construido a iniciativa del presidente Vladimir Putin, es el símbolo de la anexión de esta península ucraniana por parte de Rusia en 2014. Por la misma razón, la explosión este sábado que destruyó gran parte del puente es un fuerte revés para Putin: golpea la logística de Moscú en su invasión, pero también la moral... De símbolo del expansionismo ruso, el puente de Crimea podría transformarse en el símbolo de su fracaso.
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