Tras una nueva ronda de bombardeos nocturnos, las autoridades rusas, ucranianas y el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), confirmaron este sábado que la central nuclear de Zaporizhzhia quedó nuevamente desconectada de la red eléctrica.
La central “ha perdido su última fuente de energía externa restante debido a la reanudación de los bombardeos y ahora depende de generadores”, anunció el director general del organismo, Rafael Grossi, a través de un comunicado.
Por su parte, la operadora de energía ucraniana Energoatom confirmó a primera hora del día que “la última línea de comunicación con el sistema eléctrico quedó desconectada a las 00.59 (hora local)”, por lo que la central ahora funciona únicamente con generadores diésel.
Grossi expresó que es “tremendamente irresponsable” la reanudación de los bombardeos y ha anunciado su intención de viajar pronto a Rusia y Ucrania para “acordar una zona de protección de seguridad y protección nuclear alrededor de la planta” como “un imperativo absoluto y urgente”.
Según informaron las autoridades ucranianas, la central solo podrá funcionar de esta manera durante diez días. Por eso, Energoatom escribió en un comunicado que difundió en sus redes sociales que “es necesario reparar y restablecer el funcionamiento de las líneas de comunicación de la ZNPP con el sistema eléctrico”.
De momento, en la planta hay diez generadores apagados y solo seis aún proporcionan la energía necesaria a los reactores. El OIEA remarcó que los seis reactores están apagados en frío pero requieren, igualmente, electricidad para funciones vitales de seguridad y protección nuclear.
Igualmente, todos los sistemas de seguridad de la central continúan recibiendo energía y funcionan con normalidad, informó el personal operativo en el sitio.
La última vez que la central más grande de Europa había quedado desconectada de la red eléctrica fue en septiembre.
Zaporizhzhia es considerado uno de los grandes puntos estratégicos de la guerra entre Rusia y Ucrania, desde el inicio de la ofensiva. Por la delicada situación que se vive en la central y el peligro que implican los ataques allí, el director del OIEA ha comenzado conversaciones con ambos países a fin de determinar una “zona segura” para el recinto, por lo que estuvo este jueves en Kiev.
Las tratativas comenzaron en septiembre durante las exposiciones que se llevaron a cabo en Nueva York en el marco de la Asamblea General de las Naciones Unidas. En ese encuentro, mantuvo reuniones con el ministro de Relaciones Exteriores ruso Sergei Lavrov y su homólogo ucraniano, Dmytro Kuleba.
“Aún en las peores condiciones, la diplomacia nunca debe detenerse. Es nuestra responsabilidad y eso es lo que estamos tratando de hacer”, remarcó Grossi en aquel entonces.
(Con información de Europa Press y AFP)
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