Una fuerte explosión en el puente de Kerch, que une la ocupada península de Crimea con Rusia, encendió este sábado las alarmas en Moscú y Simferópol, donde se sospecha que detrás de la destrucción parcial de esta infraestructura, símbolo de la anexión rusa en 2014, está Ucrania.
“Hoy a las 03:07 GMT en la parte automovilística del puente de Crimea (...) explotó un camión, que causó el incendio de siete tanques de combustible en un tren que se movía en dirección a la península de Crimea”, indicaron la Agencia Nacional Antiterrorista y el Comité de Investigación de Rusia, que ha abierto una causa penal.
Según el gobernador de la ocupada Crimea, Serguéi Aksiónov, se produjo el colapso de dos secciones de la parte automovilística del puente sobre el estrecho de Kerch, en el que también habrían quedado dañados 1,3 kilómetros de vías ferroviarias, según el medio Baza.
Daños millonarios
El Comité de Investigación informó de al menos tres muertos y de que se ha conseguido establecer la identidad del propietario del camión que explotó. Se han “iniciado acciones de investigación” en su lugar de residencia en Krasnodar.
Especialistas forenses del Comité de Investigación y los ministros de Emergencia y de Transporte partieron a Crimea para inspeccionar los daños en el puente, que fue construido por una empresa de un amigo de Putin, Arkadi Rotenberg, y costó unos 3.500 millones de dólares.
El tráfico ha sido suspendido, aunque se han puesto en marcha ferris y la parte ferroviaria debería quedar restablecida hoy mismo. La Unión de Aseguradoras estima el daño en entre 200 y 500 millones de rublos (3,2 millones y 8,1 millones de dólares), según la agencia RIA Nóvosti.
El presidente ruso, Vladimir Putin, que ordenó la construcción del puente sobre el estrecho de Kerch, considerado el más largo de Europa con sus 19 kilómetros, decretó la creación de una comisión gubernamental formada por varios ministerios para “averiguar las causas del incidente y eliminar las consecuencias lo antes posible”.
En mayo de 2018 Putin inauguró el tramo automovilístico y a fines de 2019 se abrió también el tramo ferroviario.
La reacción de Ucrania
“Crimea, el puente, el comienzo. Todo lo ilegal debe ser destruido, todo lo robado debe ser devuelto a Ucrania, todo lo ocupado por Rusia debe ser expulsado”, tuiteó Mykhailo Podolyak, asesor del presidente ucraniano.
El Ministerio de Defensa puso el dedo en la llaga al afirmar que primero se hundió en abril el buque insignia de la Flota rusa del mar Negro, el “Moskvá”, y ahora está destruido el puente.
“Dos símbolos notorios del poder ruso en la Crimea ucraniana han caído ¿Qué será lo próximo, rusos?” preguntó con sorna en un tuit.
Ukrposhta, el servicio postal nacional, lanzará un nuevo sello con el puente de Crimea en llamas, al igual que ya hizo con el “Moskvá”.
Las autoridades ucranianas han amenazado en los últimos siete meses de guerra en repetidas ocasiones con destruir el puente.
Algunas voces como el asesor presidencial Oleksiy Arestóvych sugirieron que con misiles sería más difícil, ya que la infraestructura es más fuerte que otras que han sido objetivo de Kiev como el puente Antonivka, en Jersón, y además está bien protegida por los sistemas antiaéreos.
Sólo sería posible en cuanto Kiev disponga de la “posibilidad técnica” adecuada, recalcó.
Crimea se convirtió en agosto por primera vez en objetivo enemigo a raíz de una operación de sabotaje contra un arsenal del Ejército ruso y unas sospechosas explosiones ocurridas en un aeródromo ruso.
Únicamente en septiembre el alto mando militar ucraniano admitió haber atacado objetivos militares en la península.
“Hubo una serie de ataques con misiles exitosos sobre bases militares de Crimea, especialmente en el aeródromo de Saki”, afirmó el jefe del mando militar ucraniano, Valry Zaluzhny.
Una línea roja con respuesta segura
El Kremlin siempre ha afirmado que un ataque contra Crimea es una línea roja que no quedaría sin respuesta.
En Moscú varios legisladores ya han llamado a una respuesta contundente por parte de Rusia.
El líder del partido Rusia Justa por la Verdad, Serguéi Mirónov, consideró que ha llegado la hora de “aplastar la infraestructura del régimen neonazi en Kiev”, como “todas las plantas energéticas y todos los puentes y ferrocarriles”.
Y el líder del Partido Liberal Demócrata y presidente de la Comisión de Asuntos Exteriores, Leonid Slutski, dijo que, si se confirma “el rastro ucraniano” en la explosión, las consecuencias serán “inevitables” y “duras”.
(Con información de EFE)
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