La vida imposible de los ucranianos que colaboran con los rusos en las zonas ocupadas

Esta semana se reportaron 18 ataques contra quienes asumieron puestos de poder en nombre de la Federación Rusa. Moscú también tiene problemas para reclutar burócratas que quieran ir a trabajar a esas zonas de guerra

Guardar
Cartel de apoyo a la resistencia ucraniana y los partisanos que actúan contra las fuerzas de ocupación rusas en una calle de Kyiv. (AFP)
Cartel de apoyo a la resistencia ucraniana y los partisanos que actúan contra las fuerzas de ocupación rusas en una calle de Kyiv. (AFP)

Vladimir Saldo nunca ocultó sus simpatías por su tocayo Putin y la vecina Rusia. Ahora sí quisiera hacerlo, pero es muy tarde. Saldo es el gobernador del oblast o distrito de Kherson, en el sur de Ucrania, que estuvo la última semana en la gran ceremonia que se realizó en el Kremlin para proclamar la anexión de ese territorio a los destinos de Moscú. Unas horas más tarde, la realidad de lo que sucede en su distrito había cambiado drásticamente y Saldo terminó siendo el líder de una ocupación jaqueada por el fuego de la contraofensiva ucraniana que ya está a las puertas de la ciudad. “Es un momento tenso, pongámoslo así”, dijo ayer Saldo a la televisión rusa mostrando su inocultable nerviosismo.

Las balas pican muy cerca de este ingeniero de 66 años que ya había sido el gobernador del oblast entre 2002 y 2012 en lo que una comisión investigadora del congreso nacional ucraniano describió como una “época de total malversación y corrupción que enredó todas las esferas de la vida de la ciudad, a veces con grandiosos escándalos”. Saldo sabe que, si las tropas rusas tienen que huir de Kherson, como los analistas del Instituto del Estudio de la Guerra (ISW) creen que pronto podría suceder, le vendrán a “cobrar las facturas” por aquellas malversaciones y su actual colaboracionismo. Y para eso ya están ahí muy cerca, en las sombras, esperándolo, las células de los partisanos locales. “Es el mayor responsable de los sufrimientos que padecimos en estos meses de ocupación”, le dijo en un mensaje uno de los guerrilleros locales a un reportero del Kyiv Indepedent.

Los partisanos están trabajando en forma muy activa en coordinación con el ejército ucraniano para despejar el camino del avance y la reconquista. Dos unidades son responsables de supervisar las operaciones tras las líneas enemigas: el servicio de inteligencia militar, conocido como HUR, y las Fuerzas de Operaciones Especiales de Ucrania. Un grupo de trabajo interinstitucional supervisa las operaciones tanto de la agencia de inteligencia como de las Fuerzas de Operaciones Especiales de la resistencia, lo que se conoce como Movimiento de Resistencia, o Rukh Oporu en ucraniano.

Vladimir Saldo, el gobernador de la ocupación rusa en Kherson le da la mano a Vladimir Putin en la ceremonia por la anexión de los territorios ucranianos realizada en el Kremlin. Sputnik/Dmitry Astakhov/Pool via REUTERS.
Vladimir Saldo, el gobernador de la ocupación rusa en Kherson le da la mano a Vladimir Putin en la ceremonia por la anexión de los territorios ucranianos realizada en el Kremlin. Sputnik/Dmitry Astakhov/Pool via REUTERS.

Las bases en territorio ucraniano donde se entrenan los partisanos se trasladan constantemente para evitar ser descubiertas, según le informó un alto funcionario militar de Kyiv al New York Times. Como en cualquier grupo guerrillero, cada célula tiene un papel diferente: explorar un objetivo, reunir información sobre los movimientos y llevar a cabo un ataque. Las células individuales se mantienen separadas y no se conocen entre sí, para evitar que un partisano detenido revele su identidad durante el interrogatorio. Algo que en los pueblos y pequeñas ciudades de ucrania es difícil. Se conocen todos. Se sabe perfectamente qué papel cumplió cada uno en esta ocupación.

De acuerdo a un informe oficial, esta última semana se registraron 18 ataques de los partisanos que permitieron el avance de las fuerzas terrestres. Y en las zonas que se van liberando, se encargan de “limpiar” de saboteadores rusos el terreno. Los servicios de seguridad ucranianos publicaron la semana pasada una lista de 390 “colaboradores” solo de la región de Zaporizhzhia, que, según dijeron, serían procesados por haberse prestado a “ayudar a las comisiones electorales rusas”. También publicaron fotos de otros cuatro ucranianos que, según ellos, desempeñaron papeles de alto nivel para ayudar a Moscú a organizar los falsos referendos en las regiones de Donetsk y Luhansk.

Según la legislación ucraniana aprobada en mayo, las personas que colaboren activamente con Rusia “serán perseguidas en distintos grados según su antigüedad y la naturaleza de su colaboración”. Pero ya está claro que muchos se enfrentan a un castigo antes de llegar a los tribunales. Los medios de comunicación estatales rusos y los funcionarios ocupantes dicen que son actos de “terrorismo”. Para Ucrania, sin embargo, los ataques se consideran justificados en una guerra en la que las fuerzas rusas mataron a decenas de miles de civiles y soldados ucranianos y obligaron a seis millones de ucranianos a huir de sus hogares.

Colaboracionistas ucranianos haciendo propaganda en favor del referendum ordenado por el Kremlin en la ciudad ocupada de Kherson. (Telegram)
Colaboracionistas ucranianos haciendo propaganda en favor del referendum ordenado por el Kremlin en la ciudad ocupada de Kherson. (Telegram)

Olena Shapurova, una militante pro-rusa nombrada por los ocupantes Directora de Educación de la ciudad de Melitopol, estuvo trabajando muy activamente en imponer la gramática rusa en las escuelas y preparar a esos establecimientos para convertirlos en centros de votación de los falsos referéndums organizados por el Kremlin para anexionar los territorios. El último fin de semana su auto voló por el aire cuando lo puso en marcha, según el alcalde de la ciudad en el exilio, Ivan Fedorov.

El gobierno de Kiev dice que las actividades de los partisanos están diseñadas para “sacudir la confianza del control percibido por Rusia sobre las zonas ocupadas y disuadir a los locales de colaborar”. Mykhailo Podolyak, asesor del presidente Volodymir Zelensky, explicó que era imprescindible en esta etapa de la guerra la “intensificación de las operaciones especiales de sabotaje” para atemorizar a los colaboracionistas y despejar el camino de las tropas. Podolyak informó al Washington Post que a raíz de estas acciones de los partisanos a Moscú le resultaba difícil reclutar burócratas para trabajar en las zonas ocupadas. “Los riesgos y las consecuencias son extremos, y ellos lo entienden muy bien”, dijo Podolyak.

Se sabe que, de los 18 atentados de esta última semana, 12 fueron bombas colocadas cerca del supuesto objetivo o debajo de los coches. Los seis atentados restantes contra funcionarios nombrados por Rusia incluyen cinco tiroteos y un supuesto envenenamiento. El ataque más destacado de los partisanos en los últimos meses es el que sufrió Oleksiy Kovalov, un ex diputado del partido del presidente Zelenesky que asumió el cargo de jefe adjunto de la región de Kherson ocupada en julio, fue asesinado a tiros en su casa el 28 de agosto. Era el segundo atentado contra Kovalov. En junio, le habían colocado una bomba en el coche y sobrevivió. Los medios de comunicación estatales rusos publicaron posteriormente un vídeo de Kovalov desde el hospital en el que culpaba a “sus vecinos” por lo ocurrido.

Partisanos ucranianos de Zaporizhzhia practican tiro con una imagen de Putin caracterizado como Hitler. (Telegram)
Partisanos ucranianos de Zaporizhzhia practican tiro con una imagen de Putin caracterizado como Hitler. (Telegram)

“El objetivo es mostrar a los ocupantes que no están en casa, que no deben instalarse, que no deben dormir cómodamente”, dijo uno de los partisanos, que habló con el New York Times en agosto y que se identificó por su nombre de guerra, Svarog, en honor a un dios eslavo pagano del fuego.

Antes de la guerra, Svarog contó que participaba ocasionalmente en entrenamientos de fin de semana con el denominado “Sector Derecho” y el “Cuerpo Nacional”, una rama del movimiento Azov, ambos alineados con unidades paramilitares en Ucrania. Fueron decenas las organizaciones que impartieron entrenamiento militar a civiles en toda Ucrania durante los ocho años de guerra con los separatistas apoyados por Rusia. “De hecho, las fuerzas partisanas son una parte oficial del ministerio de defensa desde 2014 con el fin de desbaratar al enemigo si una zona cayera bajo ocupación”, explicó entonces Serhii Kuzan, jefe del Centro Ucraniano de Seguridad y Cooperación, un thinktank de Kyiv especializado en el análisis militar.

En tanto, Vladimir Saldo, el entusiasta gobernador que festejó tanto junto a Putin la última semana, y otros 390 colaboracionistas ucranianos de Kherson están ya preparando todo por si tienen que huir de apuro hacia la frontera con Rusia, como ya ocurrió con otros funcionarios cuando las ciudades que ocupaban iban siendo liberadas. Las tropas ucranianas y los partisanos están actuando en este momento en las afueras de Kherson y a menos que los generales de Moscú decidan utilizar allí una fuerza militar inédita hasta ahora en esta guerra, todo indica que será recuperada en cuestión de días.

SEGUIR LEYENDO:

Guardar