Los abogados rusos se encuentran desbordados por las peticiones de ayuda para evitar ser reclutados en la movilización parcial decretada por Vladimir Putin y afirman que están trabajando a toda máquina para ofrecer asesoramiento a quienes corren el riesgo de ser enviados a luchar a Ucrania.
Los abogados y los grupos civiles afirman que se han visto sobrepasados por las consultas desde que Putin anunciara el 21 de septiembre que se movilizarían 300.000 personas para reforzar el debilitado esfuerzo bélico de Rusia.
Cientos de miles han huido a países como Kazajistán, Georgia y Finlandia. Muchos más permanecen en Rusia y se esconden de los reclutadores militares, rezando para no ser convocados o esperando que se les exima del servicio.
“Estamos trabajando sin descanso”, dijo Serguéi Krivenko, que dirige un grupo de unos 10 abogados llamado Citizen. Army. Law.
“La gente está siendo apartada de su vida normal”, dijo. “Se trata de una movilización sin límite de tiempo durante una guerra. Podría durar meses o años. La gente puede no volver... Dejar el ejército es prácticamente imposible. El único modo es la muerte, recibir una lesión o acabar en prisión por desobedecer órdenes”.
La aplicación de la movilización ha sido caótica. Aunque se ha anunciado que se alistará a quienes tengan experiencia militar y las especialidades requeridas, a menudo ha parecido que no se tiene en cuenta el historial de servicio de los individuos, su salud, su condición de estudiante o incluso su edad.
La semana pasada, Putin reconoció los errores y dijo que debían corregirse. “Por ejemplo, estoy pensando en los padres de muchos hijos, o en las personas que padecen enfermedades crónicas, o en quienes ya han superado la edad de reclutamiento”, dijo Putin.
El gobernador de la región oriental de Jabárovsk dijo el lunes que el comisario militar de la zona había sido despedido después de que la mitad de los hombres recién movilizados fueran enviados a casa por no cumplir los criterios para ser llamados a filas.
IRSE DE RUSIA
En las redes sociales circulan hojas de consejos sobre cómo evitar ser movilizado junto a formularios para solicitar exenciones médicas o convertirse en objetor de conciencia e instrucciones para rellenarlos.
El abogado de derechos humanos Pavel Chikov dijo el lunes que él y su equipo habían impartido seminarios web de asesoramiento a 10.000 empleados de empresas. Sus seguidores en la aplicación de mensajería Telegram se han triplicado hasta alcanzar los 466.000 en las últimas dos semanas.
Los rumores se han extendido como un reguero de pólvora de hombres que deberían estar exentos según los criterios establecidos, pero que han sido llamados de todos modos.
“Los que vienen a nosotros tienen pánico. No entienden lo que está pasando”, dijo Krivenko. “Están llamando a cualquiera. Y la ley les permite reclutar a cualquiera”.
Dmitri Lutsenko, que codirige un grupo llamado Release que ofrece asesoramiento e información legal, dijo: “La mejor manera de evitar el reclutamiento es irse de Rusia ahora”.
La segunda mejor opción es esconderse, dijo. “Evitar firmar una citación... evitar las oficinas militares. El castigo legal por no ir es una pequeña multa y no conozco a nadie que haya sido multado todavía”.
Kirill, un joven de 26 años del sur de Rusia, dijo que no podía dejar a sus mascotas y que por eso había pasado a la clandestinidad, trabajando por dinero y no viviendo en la dirección que los militares creen que es suya. “No pueden llevarme tan fácilmente”, dijo.
El abogado Alexei Tabalov dijo en Facebook que los jóvenes y las mujeres pedían ayuda con mucha más frecuencia que los hombres mayores, y que los hombres mayores que hablaban solían ser fatalistas y obedientes con las autoridades.
“Al mismo tiempo, vemos multitudes de hombres que acuden voluntariamente a las bases militares”, dijo. “Me dan ganas de gritar: ‘¿por qué van? ¡Corran, váyanse mientras puedan!’ Pero no, están tranquilamente parados y esperando. ¿A qué esperan?”.
(Con información de Reuters)
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