Estados Unidos afirmó este martes su “compromiso inquebrantable” con la defensa de Japón tras el lanzamiento de un nuevo misil balístico por parte de Corea del Norte que sobrevoló territorio nipón, lo que hizo que se activase el sistema de alerta civil en la zona, recomendando a la población que buscara refugio ante un posible impacto.
Así se manifestó el presidente norteamericano Joe Biden, durante la conversación que mantuvo con el primer ministro japonés, Fumio Kishida.
“Los líderes condenaron conjuntamente la prueba de misiles de Corea del Norte en los términos más enérgicos, reconociendo el lanzamiento como un peligro para el pueblo japonés, desestabilizador para la región y una clara violación de las resoluciones del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas”, señaló la Casa Blanca en un comunicado.
En este sentido, el mandatario estadounidense y el primer ministro japonés han reiterado que continuarán coordinando tanto una respuesta inmediata como a largo plazo de manera bilateral, así como con Corea del Sur y la comunidad internacional.
“Los líderes discutieron la importancia del retorno inmediato y la resolución de los casos de ciudadanos japoneses secuestrados por Corea del Norte y resolvieron continuar con todos los esfuerzos para limitar la capacidad de Pyongyang de apoyar sus programas ilegales de misiles balísticos y armas de destrucción masiva”, agregó el texto difundido por Washington.
Ante estas últimas acciones por parte de la dictadura de Corea del Norte, Estados Unidos promoverá una reunión de emergencia en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas para este miércoles, según adelantaron fuentes diplomáticas, de acuerdo a lo consignado por la agencia DPA.
Se trata de la primera vez en cinco años que Corea del Norte lanza un misil balístico sobre territorio nipón, cuyo Gobierno ha emitido un aviso a la población de las prefecturas de Hokkaido y Aomori, en el norte del país, instando a los residentes en la regiones afectadas a cubrirse inmediatamente para ponerse a salvo.
Las tropas surcoreanas y estadounidenses, inmersas en una serie de ejercicios militares conjuntos en las inmediaciones de la península de Corea, han llevado a cabo este martes maniobras de bombardeo de precisión tras el último lanzamiento por parte de Pyongyang.
El lanzamiento del lunes ocurrió después de que Corea del Norte llevara a cabo otras cuatro rondas de ensayos con misiles balísticos de corto alcance desde el pasado día 24, en una nueva escalada de tensiones en la península que coincidió con las maniobras militares conjuntas de Washington y Seúl y con la visita al Sur de la vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris.
Este tipo de ensayos con armas de largo alcance y capaces de transportar cabezas nucleares están prohibidos por resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU, que acostumbra a reunirse cada vez que Pyongyang lleva a cabo una prueba.
El pasado mayo, Estados Unidos propuso endurecer las sanciones internacionales contra Corea del Norte en respuesta a sus repetidos ensayos armamentísticos, pero Rusia y China vetaron la iniciativa.
Según el Gobierno de Japón, el misil es el que ha recorrido una mayor distancia hasta la fecha de todos los testados por Corea del Norte, con una altura máxima cercana a los 1.000 kilómetros y una distancia final de 4.600 kilómetros.
El proyectil cayó en aguas del Pacífico y fuera del espacio económico exclusivo de Japón, según el Ministerio de Defensa, que por el momento no ha detectado ningún daño en aeronaves ni embarcaciones en la zona.
(Con información de Europa Press y EFE)
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