Al menos 92 personas murieron as en Irán por la represión de las manifestaciones que estallaron hace dos semanas tras la muerte de Mahsa Amini, detenida por la policía de la Moral, indicó este domingo la ONG Iran Human Rights (IHR).
“La comunidad internacional tiene el derecho de investigar y de impedir que otros crímenes sean cometidos por la República islámica” de Irán, declaró Mahmud Amiry-Moghaddam, director de IHR basada en Noruega. El anterior balance era de 83 muertos.
Irán vive una ola de violencia desde que Amini, una kurda iraní de 22 años, murió tras ser detenida por la policía de la moral, presuntamente por no llevar correctamente el velo tal y como exige el estricto código de vestimenta de las mujeres en la República Islámica.
“Mujer, vida, libertad” y “Muerte al dictador”, coreaban los manifestantes en las calles de Saqqez, la ciudad natal de Amini, en la provincia del Kurdistán anoche.
En la capital, los estudiantes se concentraban en la plaza Enghelab (Revolución), cerca de la Universidad de Teherán, en el centro, para pedir la liberación de los estudiantes detenidos.
Imágenes compartidas por la organización Iran Human Rights, con sede en Noruega, también mostraron protestas de estudiantes en las ciudades de Mashhad y Karaj, con manifestantes gritando consignas y mujeres quitándose el velo.
Solidaridad internacional
En 159 ciudades de todo el mundo, desde Auckland a Nueva York pasando por Seúl y Zúrich, hubo manifestaciones de apoyo, dijo la organización Iranians for Justice and Human Rights. En algunas ciudades, como Roma y Madrid, varias mujeres se cortaron el pelo como gesto de solidaridad.
Desde Beirut, sin embargo, el jefe del movimiento libanés Hezbollah, respaldado por Irán, Hasan Nasrallah, describió la muerte de Amini como un “incidente impreciso” que se estaba utilizando contra Teherán.
Se trata de los disturbios más sangrientos en Irán desde la represión de las manifestaciones de noviembre de 2019 provocadas por una repentina subida de los precios del combustible, que causó la muerte de al menos 304 personas, según Amnistía.
Mir Hosein Musavi, un ex primer ministro que lleva más de una década bajo arresto domiciliario, instó a las fuerzas de seguridad a detener la violencia, en un mensaje en la cuenta Instagram del grupo opositor Kaleme. “Me gustaría recordar a todas las fuerzas armadas su compromiso de proteger nuestra tierra, Irán, y las vidas, propiedades y derechos del pueblo”, afirmó.
Detenciones de extranjeros
Por su parte el Ministerio de Inteligencia iraní anunció el último viernes la detención de “nueve ciudadanos extranjeros”, entre ellos de Francia, Alemania, Italia, Países Bajos y Polonia, “en el lugar de los disturbios o cerca”, junto con 256 miembros de grupos opositores prohibidos.
Irán culpa a fuerzas extranjeras de las protestas en el país y los Guardianes de la Revolución lanzaron el miércoles ataques transfronterizos con misiles y aviones no tripulados que mataron a 14 personas en el Kurdistán iraquí.
Y ayer, las fuerzas iraníes lanzaron un nuevo bombardeo contra bases rebeldes kurdas en la frontera que causó daños pero no víctimas, según dijo a la AFP un responsable rebelde.
Las autoridades acusan a los grupos rebeldes de esa región de alimentar los disturbios.
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