Un ataque contra una comisaría en la localidad de Zahedan, en el sureste de Irán, dejó este viernes al menos 19 muertos y 20 heridos. Entre las víctimas fatales está un jefe de inteligencia de la Guardia Revolucionaria de Sistán y Baluchistán.
“El oficial provincial encargado de los servicios de inteligencia de los Guardianes de la Revolución Islámica, el coronel Ali Musavi, también murió”, anunció una cadena pública local.
Según informó Hossein Modarres Khiabani, gobernador de la provincia de Sistán-Baluchistán, en la televisión estatal IRIB, un “grupo de disidentes” atacó una comisaría con armas automáticas y cócteles molotov tras el rezo de los viernes.
Testigos citados por la agencia IRNA agregaron que los atacantes estrellaron un autobús contra la comisaría para tratar de derribar sus muros. Ante el ataque, las fuerzas de seguridad respondieron con un largo tiroteo.
Tras este hecho, se registraron también ataques a otras dos comisarías y cuatro bancos, según informaron medios iraníes.
Esta provincia es fronteriza con Pakistán y Afganistán, por lo que suele ser escenario de atentados y altercados entre las fuerzas de seguridad y los grupos armados. Los agresores fueron calificados como “terroristas”.
Estos ataques se dan en medio de un Irán revolucionado por las protestas que hace casi dos semanas tienen las calles copadas de personas que se manifiestan en contra del régimen y exigen justicia por la muerte de la joven Mahsa Amini, quien había sido detenida por la policía de la moral, acusada de llevar mal colocado su velo.
La policía respondió con armas de fuego y gases lacrimógenos, en línea con la última advertencia del régimen, que anunció que actuará “con todas sus fuerzas” contra los manifestantes. Asimismo, el régimen dispuso también la interrumpción del servicio de internet.
“Los agentes de la policía se opondrán con todas sus fuerzas a las conspiraciones de los contrarrevolucionarios y a los elementos hostiles y actuarán con firmeza contra los que alteren el orden público y la seguridad en todo el país”, declaró un oficial en un comunicado difundido este miércoles.
Esta ola de violencia en las calles ya dejó un saldo de 83 muertos, según la última actualización de la ONG Iran Human Rights, contrapuesto a los 41 que comunicó la televisión estatal.
Asimismo, se registró una gran cantidad de activistas, periodistas y civiles detenidos. Entre ellos, el ministerio de Inteligencia iraní informó este viernes en un comunicado el arresto de “nueve ciudadanos de Alemania, Polonia, Italia, Francia, Países Bajos y Suecia”, entre otros. Según agrega, fueron detenidos “en el lugar donde se producían los disturbios en los que estaban implicados”.
Referentes del cine, así como deportistas y músicos expresaron su solidaridad con los manifestantes. Inclusive, días atrás en la previa del encuentro disputado en Viena, los jugadores de la Selección iraní vistieron camperas negras y taparon el logo del régimen de su país en el momento de los himnos. En ese mismo evento, también se registraron protestas en las afueras del estadio.
Estas muestras en apoyo a la sociedad provocaron la indignación de las autoridades, quienes consideran estos hechos como “disturbios” que siembran el “caos”, impulsados por fuerzas del extranjero -entre ellas, Estados Unidos-.
(Con información de AFP y EFE)
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