El Gobierno ucraniano denunció un nuevo ataque ruso contra un convoy de evacuación humanitaria en la localidad de Kupiansk, región de Kharkiv, que se ha saldado al menos con una veintena de muertos.
El gobernador ucraniano de la región, Oleg Sinegubov, afirmó que “ocupantes rusos atacaron a civiles que intentaban escapar de los bombardeos”.
“Esta es una brutalidad que no tiene justificación”, manifestó en su canal de Telegram.
En el lugar se encuentran ahora agentes del orden y peritos que han comenzado a investigar el alcance exacto del bombardeo denunciado por Ucrania.
Kupiansk, en principio, fue liberada por las fuerzas ucranianas a principios del mes pasado durante su gran ofensiva en el este del país, aunque todavía era escenario de combates.
Este hecho tiene lugar 24 horas después de que Ucrania y Rusia se acusaran mutuamente por un ataque contra un “convoy humanitario” en la región de Zaporizhzhia que ha dejado al menos 30 muertos y 118 heridos, según el último balance dado a conocer este sábado por el alcalde de Melitopol, Ivan Fedorov.
El gobernador regional de Zaporizhzhia, Oleksandr Starukh, dijo que las personas que se trasladaban en el convoy planeaban viajar a territorio ocupado por Rusia para recoger familiares y ponerlos a salvo.
El convoy se había reunido en un mercado de automóviles a las afueras de la ciudad de Zaporizhzhia, preparándose para salir del territorio ucraniano controlado por Kiev para visitar a sus familiares y entregar suministros en una zona ocupada por Rusia, según las autoridades.
Las ventanillas de los coches saltaron por los aires debido al impacto del misil, y sus laterales fueron rociados por la metralla, dijo un testigo de Reuters.
“El enemigo se ensaña y busca venganza por nuestra firmeza y sus fracasos. Destruye cínicamente a los ucranianos pacíficos porque hace tiempo que perdió todo lo humano”, escribió el presidente ucraniano, Volodimir Zelensky, en Telegram.
Ucrania informó hoy que el ataque ruso en Zaporizhzhia fue llevado a cabo con misiles S-300 modernizados, con un alcance mucho mayor que sus predecesores.
Así lo confirmó en televisión el titular del Interior ucraniano, Denys Monastyrsky, según un comunicado ministerial que recogen las agencias ucranianas.
Precisó que, según los artificieros, el misil explotó apenas tocó el suelo, mientras que las versiones anteriores de este artefacto detonaban hundiéndose varios metros en el suelo, de manera que formaban profundos cráteres, pero golpeaban a menos personas que se encontraran cerca del lugar del impacto.
“Esto se hace para que muera la mayor cantidad de gente posible. Y ahora hemos visto lo letal que es y cuántas personas pueden morir”, dijo.
Recordó que en el ataque, en el que las tropas rusas lanzaron 16 misiles, murieron treinta personas, entre ellas dos niños, y agregó que entre los fallecidos figura también un policía, mientras que otros 27 agentes sufrieron lesiones.
Agregó que “de momento, las estadísticas no han aumentado” y señaló que “las primeras 24 horas son las más difíciles y cruciales”.
“Cada vez que estoy en uno de estos lugares -Kremenchuk, Vinnytsia, la región de Odesa, Zaporizhzhia- constantemente me hago la pregunta de por qué los rusos hacen esto, qué quiere lograr Putin”, declaró.
Según el ministro, ahora tiene absolutamente claro que las declaraciones del presidente ruso, Vladímir Putin, “están hechas con sangre” y que Rusia está mostrando al mundo entero en Ucrania “lo que significa la ‘paz rusa’”.
(Con información de EFE, Europa Press y Reuters)
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