Los científicos cuentan ahora con una herramienta más que los podría ayudar a determinar cómo los antepasados marinos aprendieron a morder gracias al hallazgo de peces fósiles en el sur de China. Entre las piezas descubiertas se encuentran los dientes más antiguos jamás registrados.
Estos elementos constituyen una parte fundamental para los investigadores ya que contienen nuevas pistas sobre un período clave de la evolución, de la cual se habían encontrado pocos ejemplares hasta ahora.
En la edición de este miércoles de la revista Nature, los investigadores brindaron detalles sobre estas piezas, que incluyen evidencia de especies nunca antes vistas.
Los fósiles se remontan al Silúrico, un período geológico muy importante en la vida de la Tierra, que comenzó hace 443 millones de años y terminó hace 419 millones de años. Es en esta época en la que los científicos creen que los antepasados vertebrados -quienes aún nadaban en un planeta acuoso- habrían comenzado a adquirir mandíbulas y dientes.
Gracias a ello, pudieron empezar a cazar presas en lugar de tener que remover el fondo y filtrar los alimentos en el barro. A su vez, según explicó el paleontólogo de la Universidad de Bristol y autor de uno de los estudios, Philip Donoghue, esto trajo consigo otros cambios en la anatomía como distintas clases de aletas.
Hasta el momento, no se habían registrado muchos hallazgos fósiles que den cuenta de este cambio, por lo que sólo se tenían fragmentos de esa época como un pedazo de columna vertebral y un trozo de escama, afirmó el paleontólogo Matt Friedman, de la Universidad de Michigan -quien no participó de esta investigación-.
Es por ello que, mientras los ojos de investigadores de todo el mundo se posan sobre éstos fósiles chinos, se espera que las piezas ayuden a completar algunos de esos espacios en blanco.
El paleontólogo Min Zhu explicó que el descubrimiento de los fósiles se dio en 2019 cuando un equipo de campo regresó de un viaje desalentador en el que no habían tenido éxito y decidieron explorar un cúmulo de rocas en un acantilado junto al camino. Al partirla fue que se encontraron con las cabezas de unos peces que parecían mirarlos.
Una vez llevadas al laboratorio, los investigadores se encontraron con una amplia gama de fósiles que pese a ser tan antiguos, estaban en excelente estado.
La especie más común es un pececillo con forma de boomerang que, probablemente, usaba sus mandíbulas para recoger gusanos, afirmó Per Erik Ahlberg, de la Universidad de Uppsala, autor de uno de los estudios.
Otro de los fósiles corresponde a una criatura similar a un tiburón pero con una armadura ósea en la frente, una combinación inusual. Un pez sin mandíbulas bien conservado ofrece pistas acerca de la evolución por la que pasaron las aletas hasta convertirse en brazos y piernas. Sin embargo, a pesar de que las cabezas de estos fósiles son abundantes, en este caso apareció el cuerpo entero.
Por otro lado, los investigadores se encontraron con dientes, huesos llamados espirales de dientes con numerosas piezas implantadas en ellos. Son 14 millones de años más antiguos que otros hallados de cualquier otra especie y la prueba concreta más antigua de mandíbulas hasta la fecha, afirmó Zhu.
La bióloga de la Universidad de Flinders de Australia, Alice Clement, quien no participó de la investigación, opinió que el hallazgo es “notable” y que podría modificar totalmente lo que se sabe sobre el período.
La amplia gama de fósiles indica que había abundantes criaturas dentadas en las aguas de la época, agregó Clement, aunque la “edad de los peces” corresponde a la era siguiente de la evolución.
(Con información de AP)
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