La libra volvió a caer frente al dólar el miércoles, debido a la preocupación causada en los inversores por una intervención del Banco de Inglaterra (BoE) para limitar la subida del costo de la deuda británica.
El Banco de Inglaterra expresó su preocupación por la estabilidad financiera del Reino Unido tras los recientes anuncios del gobierno conservador de Liz Truss de costosos programas de ayuda energética acompañados por fuertes reducciones de impuestos a las rentas altas.
Menos de una hora después, la libra caía 1,2%, hasta 1,0601 dólares, acercándose a su mínimo histórico de 1,0350 dólares alcanzado el lunes.
El banco central anunció que comprará deuda del Estado “a largo plazo” para intentar compensar las fuertes alzas de las tasas de interés de los bonos británicos.
“Si la disfunción en este mercado continuara o empeorara, habría un riesgo importante para la estabilidad financiera del Reino Unido”, dijo el Banco de Inglaterra. “Esto llevaría a un endurecimiento injustificado de las condiciones de financiación y a una reducción del flujo de crédito a la economía real”.
El banco central dijo que las compras están diseñadas para restaurar las condiciones ordenadas del mercado. “Las compras se llevarán a cabo a cualquier escala que sea necesaria para lograr este resultado”.
A primera hora del miércoles, la rentabilidad de la deuda pública británica a 30 años superó el 5% por primera vez desde 2002, al continuar la fuerte venta desencadenada por la declaración fiscal de Londres de la semana pasada.
Tras la declaración del Banco de Inglaterra, los rendimientos a 30 años cayeron unos 20 puntos básicos en el día.
CRÍTICAS DEL FMI
La caída de la libra también fue alimentada por las críticas del Fondo Monetario Internacional (FMI) al plan fiscal del Gobierno británico por ser inadecuado en el actual contexto inflacionario y beneficiar a las rentas altas.
El FMI ha recomendado al Ejecutivo “sopesar formas de brindar un apoyo más específico y reevaluar las medidas fiscales, especialmente aquellas que benefician a las personas con altos ingresos”.
El ministro de Economía, Kwasi Kwarteng, ha defendido su estrategia de crecimiento, basada en enormes recortes de impuestos sobre todo a los ricos y a las empresas, y prevé especificar el 23 de noviembre sus medidas para reducir el déficit presupuestario y la deuda neta a medio plazo.
Cada vez más voces en el Reino Unido sugieren que el nuevo canciller del Exchequer deberá, o bien revertir algunas de sus rebajas impositivas o anunciar drásticos y probablemente impopulares recortes del gasto público.
Como ya ha hecho en los últimos días, Kwarteng se reunirá hoy con representantes de bancos de inversión para explicarles sus intenciones y tratar así de tranquilizar a los mercados, que han respondido negativamente al programa presentado el pasado viernes.
Los partidarios del proyecto de Truss aducen, no obstante, que el Gobierno acierta en considerar que la recesión es un mayor riesgo que la inflación y acusan al FMI de promover políticas económicas demasiado convencionales.
(Con información de AFP y EFE)
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