Rusia concluye este martes la celebración de los referendos de anexión en cuatro territorios bajo su control total o parcial en Ucrania, una medida que encolerizó a Kiev y los occidentales, que prometieron una respuesta enérgica en caso de incorporación al territorio ruso.
Al mismo tiempo, Rusia sigue llevando a cabo su movilización parcial de reservistas, para reclutar a 300.000 combatientes con los que reforzar la invasión de Ucrania.
Una respuesta a la contraofensiva de Kiev, que con el apoyo de las armas occidentales recuperó miles de kilómetros cuadrados a los rusos desde inicios de septiembre.
Los referendos, celebrados desde el viernes en las regiones separatistas prorrusas de Donetsk y Lugansk (este) y también en las regiones de Kerson y Zaporizhzha (sur), bajo ocupación rusa, fueron denunciados como “simulacros” por Ucrania y sus aliados.
Los países del G7 han jurado “no reconocer jamás” los resultados, y Washington prometió incluso una respuesta “rápida y severa” por medio de sanciones económicas adicionales a esas anexiones, que presumiblemente reproducirán la celeridad con la que se llevó a cabo la anexión de Crimea en 2014.
China, un aliado clave de Moscú, no criticó abiertamente los referendos pero pidió respetar “la integridad territorial de todos los países”.
Ninguna de estas críticas o amenazas parece impresionar a Moscú, que organizó a toda velocidad la semana pasada estos referendos, en un contexto de éxitos militares ucranianos, abriendo cientos de colegios electorales en los cuatro territorios y en Rusia, para hacer votar a los desplazados por el conflicto.
Las autoridades indican que el mismo martes por la noche o en los días sucesivos habrá “resultados provisionales”. A continuación, el Parlamento ruso deberá votar un texto que formalizará la integración de las cuatro regiones en Rusia.
ATAQUES CON DRONES
Los referendos fueron anunciados tras una contraofensiva ucraniana que permitió a Kiev recuperar el grueso de la región de Kharkiv, en el noreste de Ucrania.
Tras la retirada de las tropas rusas de esa zona, las autoridades ucranianas informaron de hallazgos macabros, como las más de 400 tumbas encontradas en un bosque cerca de la ciudad de Izium.
Este lunes, los investigadores se disponían a examinar una presunta fosa común en una granja industrial abandonada cerca de la ciudad de Kozacha Lapan, a poca distancia de la frontera rusa, donde podrían descansar los cuerpos de soldados rusos y ucranianos muertos en combate.
En el terreno, los ataques rusos con drones de fabricación iraní se multiplicaron en los últimos días, en particular en la ciudad costera de Odesa, un gran puerto del mar Negro, donde dos aparatos “suicidas” golpearon el lunes infraestructuras militares y provocaron un importante incendio y explosiones de municiones, según el mando militar ucraniano.
El lunes, el ejército de Ucrania dijo haber constatado bombardeos rusos en más de 40 localidades y haber repelido ataques en una decena de direcciones, incluyendo Soledar y Bajmut en el este del país.
Moscú por su lado aseveró haber infligido grandes pérdidas a su adversario.
Si los referendos de anexión culminan con la incorporación de esos cuatro territorios a Rusia -de lo cual hay pocas dudas- se trataría de una escalda del conflicto. El presidente ruso Vladimir Putin amenazó incluso la semana pasada con ataques nucleares para defender lo que considera territorio ruso.
En Rusia, la movilización parcial anunciada por Putin la semana pasada empujó a muchos hombres a abandonar el país, provocando un gran aflujo de salida en las fronteras.
(Con información de AFP)
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