Al menos 76 personas murieron en la represión por parte de las autoridades de las manifestaciones en Irán desde hace más de una semana por la muerte en detención de la joven Mahsa Amini, indicó el lunes la oenegé Iran Human Rights (IHR), con sede en Noruega.
“Según las informaciones recabadas por Iran Human Rights, al menos 76 personas murieron en las manifestaciones” en 14 provincias del país, indicó la oenegé en un comunicado, donde precisó que “seis mujeres y cuatro niños” figuran entre los fallecidos.
IHR dijo haber obtenido “videos y certificados de defunción que confirman disparos con balas reales contra los manifestantes”.
“Llamamos a la comunidad internacional a que tome medidas prácticas de manera unida y decidida, para poner fin a las muertes y torturas de los manifestantes”, dijo el director de la organización, Mahmood Amiry Moghaddam.
Según la oenegé, la provincia de Mazandaran, en el norte del país, concentra el mayor número de manifestantes muertos, 25. En Teherán murieron tres.
La organización con sede en Oslo indicó también que la mayoría de las familias se vieron “obligadas” a enterrar discretamente a sus seres queridos por la noche, “y recibieron presiones para no celebrar funerales públicos”.
“Muchas familias fueron amenazadas con consecuencias legales si le daban publicidad a las muertes” de sus parientes, indicó el informe de la oenegé.
El recuento oficial de las autoridades iraníes ha dado cuenta de 41 muertos, incluyendo varios miembros de las fuerzas de seguridad. Las autoridades iraníes también indicaron que arrestaron a más de 1.200 manifestantes.
Por otra parte, el secretario general de la ONU, António Guterres, mostró este lunes su “preocupación por el uso excesivo de la fuerza para dispersas protestas pacíficas” en Irán, al tiempo que llamó a respetar los derechos de las mujeres iraníes.
En su rueda de prensa diaria, el portavoz de la Secretaría Farhan Haq dijo además que las autoridades iraníes deben “respetar los derechos de libertad de expresión, reunión pacífica y asociación”, en referencia a unas protestas que se suceden desde hace diez días.
Haq no confirmó de forma independiente la cifra de muertos o de detenidos, pero pidió a las fuerzas de seguridad iraníes que ejerzan la contención y “no usen la fuerza desproporcionadamente”.
A continuación, señaló que la Policía y las autoridades iraníes deben “respetar los derechos de las mujeres y eliminar toda forma de discriminación contra mujeres y niñas (...) de acuerdo con estándares internacionales”.
Aunque no fue mencionado en la rueda de prensa, la chispa que prendió la llama de las protestas fue la detención el pasado día 13 y posterior muerte en una comisaría de Mahsa Amini, de 22 años, por llevar mal puesto el pañuelo sobre la cabeza, obligatorio en todo espacio público en Irán para toda mujer que haya superado la pubertad.
El presidente de Irán, el ultraconservador Ebrahim Raisi, prometió una “acción decisiva” contra la ola de protestas que sacude el país desde la muerte de la joven kurda Mahsa Amini bajo custodia de la policía de la moral.
Raisi calificó las protestas de “disturbios” e instó a tomar “medidas decisivas contra los opositores a la seguridad y la paz del país y del pueblo”, al hablar con los familiares de un miliciano Basij muerto en la ciudad de Mashhad, en una llamada telefónica el sábado, según informó su oficina.
Las fuerzas de seguridad han disparado con munición real, según denuncian los grupos de derechos, mientras que los manifestantes han lanzado piedras, incendiado coches de policía, prendido fuego a edificios estatales y han gritado “muerte al dictador”.
Las protestas son las más graves que sacuden Irán en los últimos años, y las imágenes de las manifestaciones han dado la vuelta al mundo pese a las restricciones sobre internet impuestas por el Gobierno con el aparente fin precisamente de ocultar la amplitud del descontento.
(Con información de EFE y AFP)
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