El ex jefe de gobierno italiano Enrico Letta, considerado el niño prodigio de la política, ministro precoz y profesor universitario, encara a la ultraderecha en las elecciones del domingo con la bandera de una Italia socialdemócrata y europeísta.
El secretario del moderado Partido Democrático (centroizquierda), de 56 años, proviene de la difunta Democracia Cristiana y fue tres veces ministro.
Regresó hace un año y medio de París, donde era decano de Asuntos Internacionales de la prestigiosa universidad Sciences Po, para reforzar una formación en crisis y dividida.
El candidato de la centroizquierda, aspira a frenar la derecha hegemonizada por los postfascistas de Georgia Meloni, quien encabeza todas las encuestas con su partido Hermanos de Italia y que podría convertirse en la primera mujer que llega a la jefatura de gobierno.
Para muchos observadores, las elecciones del 25 de septiembre son también un plebiscito entre Letta y Meloni, entre dos visiones políticas, una socialdemócrata europeísta y otra ultraderechista nacionalista.
Por ello Letta apuesta a reunir los indecisos, abstencionistas y jóvenes, cerca de un 40%, pese a que se presenta sin aliados, después de la ruptura con los antisistema del Movimiento 5 Estrellas y los moderados de centro.
Una amplia carrera política
Toscano, nacido en Pisa el 20 de agosto de 1966, Letta tiene una buena experiencia en la gestión de un Ejecutivo no sólo como ministro, sino también por haber sido subsecretario de Estado durante el gobierno de Romano Prodi (2006-2008).
De 2009 a 2013, fue subsecretario de la mayor formación de la izquierda del país, año en que asumió como jefe de gobierno luego de haber logrado las mayorías necesarias.
Nueve meses después tuvo que dimitir debido al descontento dentro de su partido, una conspiración política del ambicioso Matteo Renzi para sustituirlo.
“El mundo político es cruel pero también generoso”, comentó a propósito de aquella renuncia en una reciente entrevista con AFP.
Letta conocido por su prudencia y por mantener buenas relaciones con todas las formaciones políticas se formó en Ciencias Políticas en la Universidad de Pisa, está especializado en Derecho de la Comunidad Europea y fue presidente de los jóvenes demócratacristianos europeos de 1991 a 1995.
Fue, a los 32 años, ministro de Asuntos Europeos en 1998 y también ministro de Industria y ministro de Comercio Exterior.
Perteneció al Partido Popular Italiano como vicesecretario y llegó a ser responsable de economía de la formación moderada católica La Margarita.
En 2004, se presentó para el Parlamento Europeo con la coalición de centroizquierda El Olivo, antes de entrar en 2007 en el PD.
Sobrino de Gianni Letta, el hombre de confianza por décadas del magnate de las comunicaciones Silvio Berlusconi, representa a los sectores católicos progresistas de su partido, al borde varias veces de la implosión por sus divisiones.
Se define a sí mismo como “posideólogico”. Sus héroes son el sindicalista anticomunista polaco Lech Walesa y el ícono antiapartheid Nelson Mandela.
Su primer discurso público fue para denunciar la invasión soviética de Afganistán en una manifestación, cuando todavía era estudiante.
Autor de varios libros y casado en segundas nupcias con una periodista del Corriere della Sera, no suele alzar la voz para hacerse oír.
Confesó que aprendió con la vida política y sus alumnos a ser “menos tímido y más resolutivo”, a ser “más radical” con las palabras y a dar prioridad a las batallas en defensa “del medio ambiente, de los derechos civiles y sociales”.
En solo un año, desde su elección como secretario general el 14 de marzo de 2021, Letta ha reconquistado el voto progresista, la moderación y recuperado algunos valores que históricamente se asocian a la izquierda y que se habían quedado por el camino.
Con Letta, se ha vuelto a hablar de los derechos del colectivo LGTB+, de la nacionalidad para los niños de padres extranjeros que residen en Italia, del derecho a decidir el fin de la vida o de una reforma laboral que permita un salario mínimo.
Y bajo su dirección, el PD se ha colocado como segundo partido, con un 24 % en las intenciones de voto y a poca distancia de los ultraderechistas Hermanos de Italia de Giorgia Meloni, con un 26 %.
(Con información de AFP y EFE)
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