El Partido Comunista de China anunció este domingo que había elegido a todos los delegados que asistirán a una reunión política clave que comenzará el 16 de octubre, en la que se espera que el presidente Xi Jinping consiga un tercer mandato sin precedentes.
El cónclave, que se celebra dos veces en una década, también supondrá un cambio de personal en el poderoso órgano de toma de decisiones del partido, el Politburó, compuesto por 25 miembros.
“Cada unidad electoral del país convocó un congreso del partido o una reunión de representantes del partido y eligió a 2.296 delegados para el 20º Congreso del Partido”, dijo la cadena estatal CCTV.
Los delegados deben adherirse a la ideología política de Xi, además de la constitución del partido, dijo CCTV.
Entre los representantes hay mujeres, miembros de minorías étnicas del partido y especialistas en diversos campos, como la economía, la ciencia y el deporte, dijo CCTV.
El congreso en la capital, Beijing, se celebra en un momento en el que Xi se enfrenta a importantes vientos en contra en el plano político, como una economía en crisis, el deterioro de las relaciones con Estados Unidos y una estricta política de “cero” que ha acelerado el repliegue de China hacia el mundo.
Ejercicio coreográfico
El congreso es la fecha más importante del calendario político chino. Ofrece señales sobre la dirección que tomará la segunda economía del mundo a corto plazo y el alcance de la influencia que tiene Xi sobre el partido con millones de miembros.
Los cerca de 2.300 delegados que representan a todas las provincias y regiones realizarán un ejercicio muy coreografiado para elegir a los miembros del Comité Central del partido, compuesto por unos 200 miembros.
El Comité Central votará entonces al Politburó, compuesto por 25 personas, y a su todopoderoso Comité Permanente, que es el máximo órgano de dirección y poder de China y está compuesto actualmente por siete personas.
La votación es más bien una formalidad: es probable que el orden jerárquico del Politburó y su Comité Permanente se haya decidido con mucha antelación. La duración total del congreso aún no está clara.
Poder sin control
En su década de mandato, Xi ha tomado medidas enérgicas sus rivales políticos, además de aplastar un movimiento democrático en Hong Kong y aplicar estrictos cierres en las ciudades en nombre de la lucha contra el coronavirus.
Se ha enfrentado a duras críticas en materia de derechos humanos por parte de la comunidad internacional en relación con las políticas represivas en la región noroccidental de Xinjiang, donde se calcula que un millón de uigures y otras minorías musulmanas han sido detenidos en el marco de una amplia campaña de represión contra el “terrorismo”.
También introdujo una política exterior asertiva de “guerrero del lobo” que ha alienado a las democracias occidentales y a algunos vecinos de la región, y ha impulsado el estrechamiento de los lazos con Rusia, al tiempo que ha avivado el nacionalismo en el país.
En 2018 abolió el límite de dos mandatos presidenciales -establecido originalmente por el ex líder Deng Xiaoping en la década de 1980 para evitar otra dictadura similar a la de Mao-, dejando abierta la posibilidad de que se convierta en líder de por vida.
(Con información de AFP)
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