El Banco de Inglaterra anunció el jueves que aumentó su tasa de interés medio punto, a 2,25%, un alza notable pero menor a la que esperaban algunos analistas, y avisó que prevé que la economía británica se contraiga entre julio y septiembre por segundo trimestre consecutivo.
De los nueve miembros del Comité de Política Monetaria (MPC), “cinco votaron a favor de un aumento de medio punto”, a 2,25%, explicó el Banco de Inglaterra en un comunicado, en el que apuntó que la inflación británica registrará un pico que rozará el 11% en octubre, menos de lo que se preveía hasta ahora (13%).
Tres miembros del comité estaban a favor de una suba de 0,75 puntos porcentuales, mientras que uno solo se pronunciaba por un alza menor, de solo 0,25 puntos porcentuales.
La reunión del comité estaba prevista originalmente para la semana pasada, pero fue postergada tras el anuncio de la muerta de la reina Isabel II.
Aunque el Banco de Inglaterra inició sus alzas de tasas a finales de 2021, antes que la mayoría de los bancos centrales, en septiembre actuó más lentamente que el Banco Central Europeo (BCE) y la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed), que anunciaron aumentos de 0,75 puntos.
Las divisiones en el MPC en Reino Unido reflejan las dudas de los bancos centrales en todo el mundo, que buscan frenar la inflación galopante, provocada por la disparada de los precios de la energía desde el inicio de la guerra en Ucrania, pero temen hundir la economía mundial que apenas se recuperaba de la pandemia de covid-19.
En Reino Unido, la incertidumbre es especialmente elevada debido a los anuncios presupuestarios que el nuevo gobierno de la primera ministra conservadora Liz Truss anunciará el viernes.
En las últimas 24 horas, además de la Fed, otros bancos centrales, como el de Suiza o el de Noruega, subieron sus tasas directivas.
El Banco Nacional de Suiza (BNS) subió su tipo de interés oficial en 0,75 puntos porcentuales —la segunda subida en 15 años— y dijo que no podía descartar más incrementos al sumarse a otros bancos centrales en el endurecimiento de la política monetaria para frenar la inflación. El BNS aumentó su tasa de interés oficial al 0,5%, desde el nivel de menos 0,25% que fijó en junio. Anteriormente, las tasas suizas habían permanecido congeladas en el 0,75% durante años, ya que el BNS intentaba frenar la apreciación del franco suizo.
La mayoría de los economistas encuestados por Reuters esperaban que el BNS subiera su tasa de interés al 0,5%. “No se puede descartar que sean necesarias nuevas subidas del tipo de interés oficial del BNS para garantizar la estabilidad de los precios a medio plazo”, declaró el presidente del BNS, Thomas Jordan, en una conferencia de prensa. El BNS también está dispuesto a intervenir en los mercados de divisas, añadió. Esto significa que el banco central compraría divisas para frenar una “apreciación excesiva” del franco suizo, dijo Jordan. “Sin embargo, si el franco suizo se debilitara, consideraríamos la posibilidad de vender divisas”, agregó Jordan.
Los rendimientos de la deuda pública suiza caían, invirtiendo el rumbo tras un repunte inicial, mientras que el franco bajaba en términos generales, con caídas frente al dólar, el euro y la libra esterlina. Jordan señaló que el franco había subido alrededor de un 7% desde la última subida de tipos del BNS en junio, lo que había contribuido a frenar la inflación en Suiza.
La decisión del BNS de subir los tipos de interés se produjo tras el aumento de los precios en Suiza y la adopción de medidas restrictivas por parte de otros bancos centrales que intentan frenar el resurgimiento de la inflación provocado por la espiral de los costes de la energía, la rigidez de los mercados laborales y los cuellos de botella en la cadena de suministro.
(Con información de Reuters y AFP)
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