El presidente iraní, Ebrahim Raisi, canceló una entrevista con CNN en Nueva York el miércoles después de que la célebre periodista Christiane Amanpour se negara a usar un hiyab.
El hecho se produce en medio de intensas protestas que estallaron contra el régimen teocrático por la muerte bajo custodia de la joven Mahsa Amini después de haber sido arrestada por la temida policía de la moral por supuestamente usar un velo en la cabeza de una manera “inadecuada”.
Fue la propia Amanpour, una de las más respetadas presentadoras y corresponsales de guerra del mundo, quien contó lo ocurrido.
“Esta iba a ser la primera entrevista del presidente Raisi en suelo estadounidense, durante su visita a Nueva York para la Asamblea General de la ONU”, escribió en Twitter. “Después de semanas de planificación y ocho horas de instalación de equipos de traducción, luces y cámaras, estábamos listos. Pero ni rastro del presidente Raisi”.
40 minutos después de que se suponía que comenzaría la entrevista, un asistente del presidente se acercó a la presentadora y le pidió que usara un velo en la cabeza.
“Rechacé cortésmente”, escribió la presentadora, quien es hija de padre iraní y fue criada en Teherán. “Estamos en Nueva York, donde no existe una ley o tradición con respecto a los velos en la cabeza. Señalé que ningún presidente iraní anterior ha requerido esto cuando los entrevisté fuera de Irán”.
“El asistente dejó en claro que la entrevista no se llevaría a cabo si Amanpour no iba a usar un velo en la cabeza. Dijo que era ‘una cuestión de respeto’ y se refirió a ‘la situación en Irán’, en alusión a las protestas que arrasan el país. Una vez más, dije que no podía estar de acuerdo con esta condición inesperada y sin precedentes”, agregó.
Amanpour se fue y la entrevista no tuvo lugar. “Mientras continúan las protestas en Irán y la gente está siendo asesinada, habría sido un momento importante para hablar con el presidente Raisi”, finalizó.
La entrevista con CNN iba a ser la segunda de Raisi con un medio estadounidense en los últimos días. La semana pasada, el presidente iraní, un conservador considerado el protegido del ayatolá Alí Khamenei, concedió una entrevista al programa “60 Minutos” de CBS. La periodista de CBS, Leslie Stahl, contó que las autoridades iraníes le dijeron “cómo vestirse, no sentarse antes que él y no interrumpirlo”. En la entrevista, que se realizó en Teherán, Stahl tuvo que usar un velo.
Durante las protestas que estallaron por la muerte de Mahsa Amini, al menos 31 personas ya perdieron la vida por la represión de las fuerzas del régimen, según una ONG.
Se temía que la violencia pudiera escalar aún más después de que las autoridades iraníes restringieran el acceso a Internet y bloquearan las aplicaciones de mensajería, incluidas WhatsApp e Instagram, como lo habían hecho durante represiones anteriores.
“Muerte al dictador” y “Mujer, vida, libertad”, se podía escuchar a los manifestantes gritar en imágenes de video compartidas en internet, durante la mayor ola de protestas que ha sacudido al país en casi tres años.
Algunas mujeres quemaron sus velos y simbólicamente se cortaron el cabello en protesta por el estricto código de vestimenta, en acciones desafiantes que se hicieron eco en las protestas de solidaridad en el extranjero, desde Nueva York hasta Estambul.
Los activistas han dicho que Amini, cuyo primer nombre kurdo es Jhina, después de su detención en Teherán sufrió un golpe fatal en la cabeza, una afirmación negada por las autoridades, que anunciaron una investigación.
Las protestas llegan en un momento particularmente sensible para el liderazgo iraní, ya que la economía sigue sumida en una profunda crisis, con altos índices de desempleo e inflación.
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