La violencia sigue en escalada. En el quinto día tras la muerte de Masha Amini, una joven que había sido detenida por la Policía moral del régimen teocrático por no llevar el velo como le exigían y falleció en la comisaría, nuevamente una multitud tomó las calles en señal de protesta.
Al grito de “mujeres, vida y libertad” las marchas encabezadas principalmente por mujeres expresaban su repudio a las estrictas medidas que -desde 1979- las obliga al uso del velo ya que sin él estarían “desnudas”, y se enfrentaban a la policía en señal de protesta por la brutal muerte de Amini.
Pese a la represión policial, con la que se buscó sofocar a los manifestantes, y a los múltiples arrestos que se produjeron en los últimos días, las mujeres se mantuvieron firmes y salieron sin los velos. Incluso, en muchas ciudades se dieron quemas masivas tanto de las prendas como de patrullas. Tal es el caso de Mashhad, al noreste de Irán, donde una de las allí presentes gritaba “no queremos a la República Islámica”.
Si bien el descontento por las patrullas de la moral no es algo nuevo, ésta es la primera vez que el pueblo en Irán alza su voz con tanta fuerza para protestar y defenderse.
Las marchas se desencadenaron en distintos puntos del país. Así, llegaron a Sarí, la capital de la provincia de Mazandarán, ubicada en el norte, donde la gente rodeó el ayuntamiento y rompió imágenes de Ruhollah Jomeini, ex Líder supremo, y Alí Jamenei, actual.
En algunos puntos de Teherán, los manifestantes se tomaron de las manos para frenar el avance de la policía.
A raíz de estos hechos, se han registrado al menos 75 heridos y cuatro muertes por disparos con munición real de las fuerzas de seguridad locales.
“Muerte al dictador” es otro de los cantos que, por estos días, se escuchan en las calles, tal como ocurrió en la plaza Azadi en Kerman donde, alentada por la gente, una mujer se quitó el velo y se cortó el pelo en plena manifestación.
Ésta fue otra de las imágenes que cobró fuerza en las últimas horas y movilizó al mundo. Bajo una serie de hashtags en las redes sociales, que alcanzaron más de 50 millones de visualizaciones en TikTok, miles de mujeres se cortaron el pelo y alentaron a más gente a sumarse a la iniciativa en señal de oposición.
Estos hechos no tardaron en llegar a la prensa e inundaron las portadas de los diarios, donde se vio duramente criticado el accionar de la policía y se pidió que se investigue lo ocurrido.
“La humillante muerte de Amini”, tituló el reformista Etemad, que mostraba su tumba en una fotografía. Por su parte, el periódico moderado Jomhouri Eslami alertó por la “fractura social” que puede provocar el “comportamiento violento” de oficiales de policía.
Mahsa Amini, de 22 años, falleció el pasado viernes. Ante el hecho, el presidente de Irán, Ebrahim Raisí, ordenó una investigación a fin de esclarecer los hechos. Por su parte, Amnistía Internacional (AI) también pidió una investigación criminal por la sospechosa muerte. Pero, a pesar de esto, la sociedad no considera que es suficiente.
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