Además de convivir con la politica de “sobriedad energética” que les reclama el presidente Emmanuel Macron, los franceses - al igual que muchos vecinos europeos - ya hacen malabares para saltar una inflación que les flaquea los bolsillos. En los supermercados del hexágono las ofertas especiales, promociones y descuentos son estrategias corrientes para reducir la facturas del consumidor en línea de cajas.
Mientras el índice de precios al consumo (IPC) de Francia se situó el mes de pasado agosto en el 5,9%, lo que supone una caída de dos décimas respecto a la tasa interanual registrada en el mes de julio, para reducir el impacto en el poder de compra, los carteles de las grandes tiendas promocionan desde un “Escudo anti inflación” como en el supermercado Leclerc, “La mano amiga que vale la pena” en Lidl o dar lugar a los “Precios Ajustados” de la cadena Carrefour.
Todos intentan disimular los relevamientos del Instituto Nacional de Estadística y Estudios Económicos del país (INSEE, por sus siglas en francés), que vienen alertando que la suba de costos llegó para quedarse por varios meses. Por eso, las grandes cadenas comerciales de distribución de artículos de primera necesidad hacen todo lo posible para que la inflación no afecte demasiado sus ventas.
Si bien las primeras estrategias comenzaron en junio en la francesa Carrefour, hace unas pocas semanas la marca empuja sus “Precios Ajustados”, es decir, 220 productos de grandes marcas cuyos precios “se mantendrán”, prometió Stefen Bompais, director de experiencia del cliente. Cuando las pastas, harinas e incluso carne picada aumentaron más de un 10% en doce meses, ahora la marca gala, si bien no promete congelamientos de precios, garantizó que “estrechará los márgenes para repercutir aumentos lo más posible”.
Entre estos productos protegidos: papel higiénico, café, detergente en polvo y jugo de naranja de primeras marcas. “Estas son muchas necesidades básicas, artículos cotidianos, continúa Bompais. La propuesta es complementaria a otras iniciativas que buscan retener las ventas. En particular, esta oferta incluye a 90 marcas de referencia en el mercado que “permite al cliente controlar mejor lo que quiere comprar”, o incluso estos 400 productos ecológicos a menos de 2 euros.
El lema elegido por Carrefour es que “Cuando todo sube, para no apretar más el cinturón, apretamos los márgenes“. Para visualizar esta operación “Tight Price”, los productos protegidos serán reconocibles a través de los portaetiquetas o etiqueta de precio especial.
En mayo, Leclerc lanzó su “escudo anti inflacionario” que bloquea el precio de 120 productos cotidianos, seleccionados entre los más comprados desde octubre de 2021 a marzo de 2022. Lidl hizo lo mismo con “La mano amiga que vale la pena” que permite a sus clientes beneficiarse con un cupón, una vez al mes, por un 5% de descuento en su cesta de la compra.
También las marcas Casino, con la suscripción “Casino Max”, o Monoprix con “Mono Pro” facilitan un beneficio de una reducción del 10% en su carro de la compra, la primera tienda en busca de lograr cautivar con sus iniciativas a estudiantes y personas mayores. Algunos de estos supermercados incluye beneficios para los automovilistas con precios de combustibles de oferta para acercarlos en especial los fines de semana.
En conclusión, todos esperan meses complejos por delante, justificando todo aquello por lograr seducir. Para muchos, la situación actual equivale a la crisis de 2008 tanto en términos de caída de compras como en tensiones económicas que disminuyan la confianza del consumidor.
Al momento sólo se trata de una guerra entre empresas. Aunque la responsabilidad la lleve mayormente el gobierno, que ha tomado medidas para pisar los precios en otros sectores como el energético, ninguna de estas medidas de “control de precios” surge por una iniciativa gubernamental. En todos los casos, incluso los gobiernos más socialistas europeos, saben que una intromisión en la fijación de precios puede traer beneficios a corto plazo, pero tambien generar tensión en un sector dinámico que entiende que la libre competencia es la mejor “regulación”.
Los coletazos de la invasión rusa a Ucrania derivan, entre otras cosas, en esta puja que termina impulsando la suba de todos los costos de la economįa. Por eso las rebajas u ofertas tambien alcanzan a productos para el bazar, pequeños electrodomésticos, utensilios de cocina, pero también a librería, teniendo en cuenta el reciente regreso a clases.
Habrá que mirar como sigue el ticket de la cesta. Por el momento, los alimentos aceleraron su ritmo de encarecimiento, hasta el 7,9%, frente al 6,8% de julio, mientras que los productos manufacturados aumentaron su precio un 3,5% frente a agosto de 2021, tras haber crecido un 2,7% en julio. Por eso los economistas avisan: la inflación subyacente de Francia fue del 4,7% en agosto, lo que supone que la suba seguirá con los datos de septiembre.
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