Decenas de reyes, jefes de Estado y de gobierno de todo el mundo llegan a Londres este domingo para participar en el multitudinario funeral de Isabel II.
El impacto y trascendencia de la monarca que más tiempo reinó su país se pone de manifiesto en la lista de asistentes a unas exequias como no se veían en Londres desde la muerte, en 1965, de Winston Churchill, que lideró al país durante la Segunda Guerra Mundial.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, el de Francia, Emmanuel Macron, el de Brasil, Jair Bolsonaro, los monarcas de España, Suecia, Noruega, Luxemburgo, Mónaco, Bélgica u Holanda, o el emperador japonés Naruhito, asistirán al funeral de Estado en la Abadía de Westminster.
Algunos ya están en la capital británica, como Biden, quien llegó durante la noche junto a su esposa Jill, o el primer ministro canadiense Justin Trudeau, que se reunió el sábado con el rey Carlos III y otros representantes de la Commonwealth. También arribó al Reino Unido el emperador de Japón Naruhito acompañado por la emperatriz Masako.
El sultán de Brunei, Hassanal Bolkiah, también partió hacia Londres para asistir a los funerales de la reina Isabel. Lo propio hizo el presidente de Corea del Sur, Yoon Suk-yeol, y su esposa, Kim Keon-hee.
La concentración de tantos mandatarios, y el funeral en general, suponen un reto de seguridad “mayor que los Juegos Olímpicos de 2012″, dijo a la prensa el subcomisario adjunto de Scotland Yard, Stuart Cundy.
En la tarde del domingo, los dirigentes participarán en una recepción ofrecida por Carlos III en el Palacio de Buckingham.
En ella probablemente coincidirán Felipe VI de España y su padre, Juan Carlos I, una estampa inédita desde que este se instaló en los Emiratos Árabes Unidos en 2020 tras trascender que se estaba investigando el origen de su fortuna.
Los funerales del lunes arrancarán con el traslado del féretro de la reina desde la capilla ardiente instalada en el Parlamento británico, en la sala Westminster, a la cercana abadía del mismo nombre.
A las 11:00 hora local empezará el servicio fúnebre oficiado por el deán de Westminster, David Hoyle, y con un sermón de Justin Welby, líder espiritual de la Iglesia Anglicana, de la que el rey de Inglaterra es cabeza desde la ruptura de Enrique VIII con Roma en el siglo XVI.
Tras el servicio, el féretro de Isabel II recorrerá en un afuste tirado por marineros las calles de Londres hasta el arco de Wellington, en Hyde Park Corner, en un cortejo en el que se esperan un millón de personas.
Desde allí saldrá en coche hasta el castillo de Windsor, a unos 30 kilómetros, donde tendrá lugar un nuevo servicio fúnebre, más familiar, y su entierro, ya en privado.
Desde el sábado, 48 horas antes del cortejo, las primeras personas empezaron a apostarse en las calles del recorrido.
“La noche ha sido fría pero vale la pena”, explicó Carole Budd, una profesora de escuela de 65 años, situada cerca de Westminster.
“Asistí al funeral de Lady Di cuando era adolescente, justo delante de la Abadía de Westminster, y el ambiente era increíble”, recordó Magdalena Staples, de 38 años y acampada en la plaza Parliament, en referencia a la despedida de la primera esposa de Carlos III.
La Abadía de Westminster tiene capacidad para 2.200 personas. Por parte británica, estarán presentes la familia real, la primera ministra Liz Truss, antiguos primeros ministros y otras personalidades.
También asistirán unas 200 personas condecoradas por la reina en junio de este año, entre las que se encuentra el personal sanitario que participó en la respuesta a la pandemia de Covid-19.
(Con información de EFE)
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