Las protestas en Irán por la muerte de Mahsa Amini, la joven de 22 años detenida por la “policía de la moral” del régimen teocrático por no llevar el velo de forma “apropiada”, seguían a pesar de la prohibición de las autoridades.
Filmaciones divulgadas en redes sociales revelaron impactantes escenas de las manifestaciones en distintas partes del país.
Uno de los videos muestra el simbólico momento en el que un grupo de mujeres en Saghez, ciudad de la provincia de Kurdistán en Irán, se quitó el velo en protesta por el asesinato de Mahsa Amini a manos de la policía y coreando “¡muerte al dictador!”. La periodista iraní Masih Alinejad compartió esas imágenes en Twitter y comentó: “Quitarse el hijab es un delito punible en Irán. Hacemos un llamamiento a mujeres y hombres de todo el mundo para que se solidaricen”.
Y otro video revela que en Sanandaj, la capital de la provincia iraní del Kurdistán, manifestantes se unieron para desgarrar una enorme pancarta del gobierno con la imagen de Qassem Soleimani, el comandante de la Guardia Revolucionaria Islámica que fue abatido en un bombardeo en enero de 2020.
Según informó el diario The Guardian, cientos de personas se congregaron en la ciudad de la joven, Saghez, para el entierro, gritando consignas antigubernamentales como “muerte al dictador” y rompiendo carteles del Líder Supremo, el ayatollah Ali Khamenei. Y organizaciones de la sociedad civil kurda lanzaron un llamamiento a la huelga general.
Mahsa Amini, de 22 años, estaba de visita con su familia en la capital iraní cuando fue detenida el martes por la unidad policial encargada de hacer cumplir el estricto código de vestimenta de las mujeres en Irán, que incluye el uso del velo en público. El viernes fue declarada muerta por la televisión estatal tras haber pasado tres días en coma.
Su cuerpo fue velado en su ciudad natal, Saghez, a 460 kilómetros de Teherán, en la provincia noroccidental del Kurdistán, el sábado por la mañana, según la agencia de noticias Fars. “Tras la ceremonia fúnebre, algunas personas abandonaron el lugar de los hechos, mientras que otras permanecieron coreando eslóganes que exigían investigaciones detalladas sobre las dimensiones de la historia”, dijo la agencia.
“Los manifestantes se reunieron entonces frente a la oficina del gobernador y corearon más consignas, pero fueron dispersados cuando las fuerzas de seguridad dispararon gases lacrimógenos”, añadió.
La televisión estatal emitió el viernes imágenes que supuestamente mostraban a la joven cayendo al suelo dentro de una gran sala llena de mujeres mientras discutía con una de las instructoras por su vestimenta.
En un comunicado el viernes, la policía de Teherán insistió en que “no hubo ningún encuentro físico” entre los agentes y Amini.
Según el comunicado, Amini formaba parte de un grupo de mujeres que habían sido llevadas a una comisaría para recibir “instrucciones” sobre el código de vestimenta el martes.
“Se desmayó repentinamente mientras se encontraba con otros visitantes en la sala”, dice el comunicado.
Anteriormente, el presidente Ebrahim Raisi ordenó una investigación sobre el caso de Amini, mientras que el poder judicial dijo que formaría un grupo de trabajo especial para investigar.
El jefe de la oficina del médico forense de Teherán declaró el sábado a la televisión estatal que las investigaciones sobre la causa de la muerte tardarían hasta tres semanas en completarse.
Por su parte, Amnistía Internacional (AI) pidió una investigación criminal por la sospechosa muerte de la joven bajo custodia policial.
Además, el grupo de derechos humanos calificó las leyes que hacen obligatorio el velo de “abusivas, degradantes y discriminatorias”.
La muerte de Amini se produce en medio de una creciente controversia, tanto dentro como fuera de Irán, sobre la conducta de la policía de la moralidad, conocida formalmente como Gasht-e Ershad (Patrulla de Orientación).
En julio, se hizo viral en las redes sociales un video en el que se veía a una mujer de pie frente a una de las furgonetas del cuerpo suplicando la liberación de su hija.
La mujer, con velo, se aferraba a la furgoneta mientras ésta se alejaba, y sólo se desprendía de ella cuando tomaba velocidad.
Tras la revolución islámica de 1979, la ley obliga a todas las mujeres, independientemente de su nacionalidad o creencias religiosas, a llevar un hiyab que cubra la cabeza y el cuello y oculte el cabello. Sin embargo, muchas mujeres en las dos últimas décadas han comenzado a dejar que el hiyab se deslice hacia atrás y deje ver más pelo, especialmente en Teherán y otras grandes ciudades.
Con información de AFP
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