Un video que muestra cómo un extremista islamista estrelló su camión contra una multitud en Niza y mató a 86 personas mientras Francia celebraba su día nacional provocó el jueves angustia y horror en el juicio por el ataque.
El tunecino Mohamed Lahuaiej Buhlel, de 31 años, fue abatido por la policía después de cuatro minutos en los que atropelló con su camión a decenas de personas en el terraplén costero del Paseo de los Ingleses, donde miles de lugareños y turistas celebraban el 14 de julio o el Día de la Bastilla en 2016.
Las imágenes, que nunca se mostraron en público, se presentaron como prueba en el juicio de ocho personas sospechosas de ayudar a Lahuaiej Buhlel, o bien de conocer sus intenciones.
Testigos y sobrevivientes se quedaron horrorizados cuando la pantalla se llenó de personas atropelladas por el vehículo.
El juez presidente Laurent Raviot advirtió a la sala del tribunal que las imágenes, filmadas por un transeúnte, eran “aterradoras” y ordenó que todos los teléfonos inteligentes y las computadoras portátiles se apagaran durante la presentación, incluidos los de los periodistas.
Siete psicólogos estuvieron presentes para ayudar a cualquier persona que lo necesitara, así como bomberos y policías.
Algunos de los acusados vieron las imágenes de la masacre, otros eligieron mirar hacia abajo.
El video se volvió a sellar como evidencia inmediatamente después de la proyección y no se volverá a mostrar.
Los siete hombres y una mujer que están siendo juzgados en París están acusados de delitos que van desde conocer las intenciones del asesino, hasta proporcionar apoyo logístico y suministro de armas.
Solo un sospechoso, Ramzi Kevin Arefa, enfrenta la pena máxima de cadena perpetua si es condenado como reincidente.
Los demás arriesgan entre cinco y 20 años de prisión.
Seis años a la espera del juicio
El juicio por el atentado terrorista de Niza comenzó el lunes 5 de septiembre en París seis años después de los hechos, que dejaron 86 fallecidos -15 de ellos menores- y más de 300 heridos, pero sin posibilidad de juzgar al autor, que fue abatido en el acto.
La Justicia tratará de dar respuesta al grado de implicación que los ocho acusados que se sientan en el banquillo tuvieron con Mohamed Lahouaiej Bouhlel, el conductor del camión de 19 toneladas que arrasó contra la multitud que se encontraban aquella noche viendo los fuegos artificiales por la Fiesta Nacional francesa del 14 de julio.
Tres de ellos están acusados de asociación criminal terrorista y otros cinco de asociación criminal, vinculados al terrorista, radicalizado unas semanas antes del ataque, por haberle proporcionado armas o ayudado a conseguir el camión.
Uno de ellos, Brahim Tritrou, se dio a la fuga en 2020 y no se encontraba el lunes presente en el Palacio de Justicia de París, pero el presidente del tribunal aclaró que se encuentra detenido en Túnez y que las autoridades judiciales locales no han respondido aún a la demanda de detención internacional que pesa sobre él.
“Que no haya autor directo ni cómplice cambia todo el proceso. Habrá que explicar que los que están en el banquillo no son responsables pero conocían el proyecto, si bien no todos los detalles. Sabían que Lahouaiej Bouhlel iba a hacer algo y puede que hasta lo aprobaran”, señaló a la prensa el abogado de una de las acusaciones particulares, Antoine Casubolo Ferro, a la entrada de la audiencia.
La dificultad añadida en este juicio es que buena parte de las víctimas no podrán desplazarse a París o lo harán únicamente cuando comparezcan.
En Niza, una investigación paralela aún en instrucción tratará de aclarar los fallos de seguridad que hubo.
El dispositivo policial desplegado aquella noche tenía en cuenta el riesgo de posibles ataques a pie de calle, pero no con el uso de un vehículo que, según algunas víctimas, no encontró ninguna barrera de seguridad que lo frenara aquel 14 de julio.
El juicio, que se extenderá hasta el 16 de diciembre, es el último proceso legal sobre la ola de ataques islamistas que golpearon a Francia desde 2015.
(Con información de AFP y EFE)
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