El principal enviado de Vladimir Putin a Ucrania le dijo al mandatario ruso cuando comenzó la guerra que había llegado a un acuerdo provisional con Kiev que satisfaría la demanda de Rusia de que Ucrania se mantuviera fuera de la OTAN, pero Putin lo rechazó y siguió adelante con su campaña militar, según tres personas cercanas a los dirigentes rusos.
El enviado, de origen ucraniano, Dmitri Kozak, le dijo a Putin que creía que el acuerdo que había logrado eliminaba la necesidad de que Rusia persiguiera una ocupación a gran escala de Ucrania, según estas fuentes. La información sobre la recomendación de Kozak a Putin para que adoptara el acuerdo es una exclusiva de Reuters.
Antes de la guerra, Putin había afirmado en repetidas ocasiones que la OTAN y su infraestructura militar se estaban acercando a las fronteras de Rusia al aceptar nuevos miembros del este de Europa y que la alianza se estaba preparando para incluir a Ucrania en su órbita también. Putin dijo públicamente que eso representaba una amenaza existencial para Rusia, lo que le obligó a reaccionar.
Pero, pese a haber apoyado antes las negociaciones, Putin dejó claro, cuando se le presentó el acuerdo de Kozak, que las concesiones negociadas por su ayudante no iban lo suficientemente lejos y que había ampliado sus objetivos para incluir la anexión de franjas de territorio ucraniano, dijeron las fuentes. El resultado: el acuerdo fue abandonado.
Preguntado por las conclusiones de Reuters, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, dijo: “Eso no tiene absolutamente ninguna relación con la realidad. Nunca ocurrió tal cosa. Es una información absolutamente incorrecta”. Kozak no respondió a las peticiones de comentarios enviadas a través del Kremlin.
Mijailo Podolyak, asesor del presidente ucraniano, dijo que Rusia había utilizado las negociaciones como cortina de humo para preparar su invasión, pero no respondió a preguntas sobre el fondo de las conversaciones, ni confirmó que se hubiera alcanzado un acuerdo preliminar: “Hoy comprendemos claramente que la parte rusa nunca ha estado interesada en un acuerdo pacífico”, dijo Podolyak.
Dos de las tres fuentes afirmaron que el impulso para cerrar el acuerdo se produjo inmediatamente después de la invasión rusa del 24 de febrero. En pocos días, Kozak creyó que tenía el acuerdo de Ucrania con los principales términos que Rusia había estado buscando y recomendó a Putin que firmara un acuerdo, dijeron las fuentes.
“Después del 24 de febrero, Kozak recibió carta blanca: le dieron luz verde; consiguió el acuerdo. Lo trajo de vuelta y le dijeron que se fuera. Todo se canceló. Putin simplemente cambió el plan sobre la marcha”, dijo una de las fuentes cercanas a los dirigentes rusos.
La tercera fuente —que fue informada de los hechos por personas que estaban al corriente de las conversaciones entre Kozak y Putin— difiere en cuanto al momento, diciendo que Kozak había propuesto el acuerdo a Putin y lo había rechazado, justo antes de la invasión. Todas las fuentes solicitaron el anonimato para compartir información interna sensible.
La ofensiva de Moscú en Ucrania es la mayor campaña militar en Europa desde la Segunda Guerra Mundial. Ha provocado la imposición de amplias sanciones económicas a Rusia y el apoyo militar a Ucrania por parte de Washington y sus aliados occidentales.
Incluso si Putin hubiera accedido al plan de Kozak, sigue siendo incierto si la guerra habría terminado. Reuters no pudo verificar de forma independiente que el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, o altos responsables de su Gobierno estuvieran comprometidos con el acuerdo.
Kozak, de 63 años, ha sido un leal lugarteniente de Putin desde que trabajó con él en la década de 1990 en la alcaldía de San Petersburgo.
Kozak estaba bien situado para negociar un acuerdo de paz porque desde 2020 Putin le había encargado que dirigiera las conversaciones con sus homólogos ucranianos sobre la región del Dombás, en el este de Ucrania, controlada por los separatistas apoyados por Rusia tras un levantamiento en 2014.
Tras encabezar la delegación rusa en las conversaciones con responsables ucranianos en Berlín el 10 de febrero -con la mediación de Francia y Alemania-, Kozak dijo en una conferencia de prensa nocturna que la última ronda de esas negociaciones había terminado sin un avance.
Kozak también fue uno de los presentes cuando, tres días antes de la invasión, Putin reunió a sus jefes militares y de seguridad y a sus principales colaboradores en la sala Yekaterinsky del Kremlin para una reunión del Consejo de Seguridad de Rusia.
Las cámaras de la televisión estatal grabaron parte de la reunión, en la que Putin expuso sus planes para dar reconocimiento formal a las entidades separatistas del este de Ucrania.
Una vez que las cámaras fueron expulsadas de la amplia sala con sus columnas neoclásicas y su techo abovedado, Kozak se pronunció en contra de que Rusia diera cualquier paso para agravar la situación con Ucrania, dijeron dos de las tres personas cercanas a los dirigentes rusos, así como una tercera persona que se enteró de lo sucedido por personas que participaron en la reunión.
Otra persona entrevistada por Reuters, que ayudó en las conversaciones posteriores a la invasión, dijo que las discusiones se desmoronaron a principios de marzo cuando los responsables ucranianos entendieron que Putin estaba comprometido a seguir adelante con la invasión a gran escala.
Seis meses después del inicio de la guerra, Kozak sigue en su puesto de jefe de gabinete adjunto del Kremlin. Pero ya no se ocupa del expediente de Ucrania, según seis de las fuentes que hablaron con Reuters.
“Por lo que puedo ver, Kozak no aparece por ningún lado”, dijo uno de los seis, una fuente cercana a la dirección separatista en el este de Ucrania.
(Con información de Reuters)
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