El rey Carlos de Inglaterra volvió a protagonizar una polémica escena este martes cuando se mostró visiblemente frustrado por un bolígrafo dañado que perdía tinta y le manchó las manos durante una importante ceremonia en su visita al castillo de Hillsborough, en Irlanda del Norte.
Carlos, junto a la reina consorte Camila, asistió a una recepción en el castillo, donde se reunió con miembros de la asamblea de Irlanda del Norte. Luego, en un acto de firma de libros al final de la visita, el nuevo monarca británico se enojó porque había escrito mal la fecha y porque su bolígrafo goteaba tinta. “¡No puedo soportar esta maldita cosa!”, exclamó irritado y abandonó la sala.
El bolígrafo fue rápidamente retirado por un ayudante real antes de que Camila se sentara a firmar el libro ella misma.
Es la segunda vez que el rey Carlos III es noticia por un bolígrafo. El sábado fue proclamado oficialmente como nuevo monarca de Gran Bretaña en una histórica ceremonia en el Palacio de St. James. Durante el moento de la firma, se vio a Carlos pedir a su ayudante que retirara una bandeja de bolígrafos de su escritorio antes de seguir escribiendo.
El nuevo rey, de 73 años, está viajando a las cuatro partes del Reino Unido antes del funeral de la reina Isabel II el 19 de septiembre.
En Irlanda del Norte, miles de simpatizantes recibieron este martes a Carlos con apretones de manos, sonrisas y palabras cariñosas mientras caminaba por las calles frente al castillo de Hillsborough, la residencia oficial del monarca en la provincia. Sin embargo, la visita también estuvo cargada de significado político, dado el historial británico en Irlanda y los años más recientes de violencia en Irlanda del Norte, conocidos como los “Problemas”.
El ascenso de Carlos III, mucho menos popular que Isabel II, abre un período delicado para una monarquía que enfrenta múltiples retos, desde el deseo de distanciamiento de algunos países de la Commonwealth (Mancomunidad Británica) hasta las críticas a su pasado colonial y esclavista.
Por otro lado, el Reino Unido, que ha visto pasar cuatro primeros ministros en seis años, sufre una de sus peores crisis económicas de las últimas décadas, así como divisiones provocadas por el Brexit y los deseos de independencia en Escocia e Irlanda del Norte.
Carlos, dirigiéndose a los políticos de alto nivel reunidos en el castillo de Hillsborough, dijo estar comprometido con el bienestar de todo el pueblo de Irlanda del Norte. Y allí también rindió homenaje a la reina Isabel. “Mi madre vio a Irlanda del Norte pasar por cambios trascendentales e históricos. A lo largo de todos esos años, nunca dejó de rezar por mejores tiempos para este lugar y sus gentes, cuyas historias conocía, cuyas penas sintió nuestra familia y por las que sentía un gran afecto y consideración”, afirmó.
(Con información de AFP y Reuters)
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