Los alrededores de la planta nucleoeléctrica de Zaporizhzhia fueron blanco de nuevos ataques de artillería, y Rusia y Ucrania volvieron a culparse entre sí de los proyectiles, un día después de que la agencia de supervisión atómica de la ONU exigiera el establecimiento de una zona de seguridad allí a fin de prevenir una catástrofe.
Las fuerzas rusas dispararon cohetes y artillería pesada contra la ciudad de Nikopol, ubicada en la margen opuesta del río Dnieper de la que se encuentra la central de Zaporizhzhia, afirmó el gobernador regional Valentyn Reznichenko.
“Hay incendios, apagones y otras cosas (en la planta) que nos obligan a preparar a la población local para las consecuencias del peligro nuclear”, dijo Reznichenko. En los últimos días las autoridades han distribuido píldoras de yodo entre los habitantes para ayudarlos a protegerse en caso de una fuga radiactiva.
En Enerhodar, donde se ubica la nucleoeléctrica, Dmytro Orlov, quien era el alcalde antes de la ocupación, informó que los rusos atacaron la ciudad el miércoles por segunda vez y se había quedado sin electricidad.
“Los empleados de servicios comunitarios y de otro tipo simplemente no tienen tiempo para completar las labores de emergencia y restauración, ya que la reanudación del fuego de artillería anula su trabajo”, dijo Orlov en Telegram.
Cohetes rusos cayeron el miércoles en la localidad de Mala Tokmachka, a 90 kilómetros (55 millas) al noreste de Enerhodar, lo que dejó tres muertos y cinco heridos, informó el gobernador regional de Zaporizhzhia, Oleksandr Starukh.
No es posible confirmar de manera independiente las informaciones contradictorias sobre los combates.
El director del Organismo Internacional de Energía Atómica, Rafael Grossi, ha advertido que “podría ocurrir algo muy, muy catastrófico” en la planta de Zaporiyia, y exhortó a Rusia y a Ucrania a que establezcan una “zona de seguridad” alrededor de la instalación. Se teme que los combates pudieran desatar un desastre similar al ocurrido en Chernóbil, Ucrania, en 1986.
Ni Moscú ni Kiev se comprometieron de momento a establecer una zona de seguridad.
Las condiciones en la nucleoeléctrica han empeorado. Debido a los daños al cableado externo por los enfrentamientos, la planta sólo está generando energía para alimentar los sistemas de seguridad que refrigeran los núcleos de los reactores e impiden su fusión, dijo un funcionario ucraniano.
En caso de otra interrupción eléctrica, la central podría verse obligada a utilizar sus generadores diésel de respaldo, lo que haría necesario que cuatro camiones cisterna con combustible crucen a diario la zona de guerra, dijo Oleh Korikov, inspector en jefe interino de Ucrania para la seguridad nuclear y radiológica.
“Podríamos vernos en una situación en la que se nos acabe el diésel”, señaló. “Y esto podría causar un accidente debido a los daños a la zona activa de los reactores y que, en consecuencia, haya una fuga de materiales radiactivos al medio ambiente”.
La planta tuvo que encender sus generadores diésel el mes pasado, según funcionarios ucranianos.
Las autoridades podrían sopesar apagarla, dijo Korikov, sin dar detalles.
La firma operadora de la central, Energoatom, indicó que, a pesar del fuego de artillería, el personal ucraniano que continúa laborando en la planta ocupada por los rusos intentará restaurar el suministro de energía al exterior.
En un desafío a las presiones para que detenga la guerra, el presidente ruso Vladimir Putin afirmó el miércoles que Moscú continuará su ofensiva en Ucrania y ridiculizó los intentos de Occidente para detener a Rusia con sanciones.
Aseguró que se han encontrado fragmentos de armas occidentales en la planta, negó que Rusia haya destacado equipo militar en ella y dijo no comprender por qué Ucrania abre fuego contra la nucleoeléctrica si no es “para crear otra crisis”.
(Con información de AP)
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