Un grupo de legisladores franceses aterrizó en Taipéi este miércoles, la primera delegación europea de alto nivel desde que China realizó enormes ejercicios de guerra para protestar por la visita a la isla de la presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi.
La Taiwán democrática vive bajo la amenaza constante de una invasión por parte de la China continental, que reclama la isla autónoma como parte de su territorio para ser conquistada algún día, por la fuerza si es necesario.
Beijing arremete contra cualquier acción diplomática que pueda otorgar legitimidad a Taiwán y ha respondido con creciente ira a las visitas de funcionarios y políticos occidentales.
La delegación de cinco legisladores franceses está encabezada por el senador Cyril Pellavat, dijo el Ministerio de Relaciones Exteriores de Taiwán, y agregó que era la cuarta visita de políticos franceses en los últimos 12 meses.
El mes pasado, China envió buques de guerra, misiles y aviones de combate a las aguas y cielos alrededor de Taiwán en una muestra de oposición a la presencia de Pelosi, sus ejercicios más grandes y agresivos desde mediados de la década de 1990.
Pelosi, una veterana crítica de Beijing, fue la política estadounidense de mayor rango en visitar Taiwán en 25 años. Fue seguida por múltiples delegaciones estadounidenses separadas en agosto.
Si bien la administración de Biden se opuso silenciosamente a la visita de Pelosi, Estados Unidos mantiene una separación de poderes entre sus ramas ejecutiva y legislativa, y dijo repetidamente en público que ella tenía derecho a viajar.
Los enormes simulacros de guerra de China desencadenaron un amplio apoyo en Estados Unidos a la solidaridad con Taiwán, que ya es un tema bipartidista raro en el Capitolio.
Muchas potencias europeas también han expresado su apoyo a Taiwán en los últimos años, mientras que la invasión de Ucrania por parte de Rusia ha profundizado los temores de que China pueda hacer lo mismo con su vecino más pequeño.
Los políticos de los países europeos visitan regularmente Taiwán.
Beijing ha adoptado un enfoque cada vez más belicoso hacia Taiwán bajo la presidencia de Xi Jinping, el líder más autoritario de China en una generación.
Las relaciones empeoraron después de la elección de la presidenta de Taiwán, Tsai Ing-wen, en 2016, quien considera a la isla como una nación soberana y no como parte de China.
Xi, que está a punto de asegurar un tercer mandato sin precedentes, ha ligado el destino de Taiwán a su histórica política de “gran rejuvenecimiento de la nación china”.
Como la mayoría de las naciones, Estados Unidos y Francia reconocen oficialmente a Beijing sobre Taipei.
Pero ambos siguen siendo un aliado clave de Taiwán y mantienen lazos diplomáticos de facto con la isla.
La política oficial de Washington se opone tanto a que Taiwán declare su independencia como a que China cambie por la fuerza el estatus de la isla.
(Con información de AFP)
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