Los equipos de rescate informaron este miércoles del hallazgo de los cuerpos de siete personas que fallecieron ahogadas el martes en un aparcamiento subterráneo de la ciudad surcoreana de Pohang que se estaba inundando durante el paso del tifón Hinnamnor.
A su vez, hallaron en ese mismo subterráneo a dos supervivientes, un hombre de 39 años y una mujer de 52 que fueron rescatados tras pasar más de 12 horas sin poder salir del aparcamiento y que se encuentran en relativamente buenas condiciones, informó la agencia Yonhap.
Estas nueve personas habían bajado durante la madrugada del martes a mover sus coches del aparcamiento de su complejo residencial porque se estaba anegando debido a las fuertes lluvias que arrastró el tifón.
Los equipos de rescate continúan drenando el estacionamiento, aunque han señalado que en principio no esperan encontrar más personas que pudieran haber quedado atrapadas.
En Pohang, ciudad costera a unos 270 kilómetros al sureste de Seúl, falleció además el martes otra mujer de 66 años que también accedió al subterráneo de su bloque de apartamentos.
En total son 10 los muertos y dos los desaparecidos que ha dejado Hinnamnor, el tifón más fuerte en golpear jamás Corea del Sur, a su paso por el sureste del país asiático.
Las autoridades confirmaron otra muerte el miércoles en Pohang y una en Gyeongju, donde una persona quedó sepultada en su casa tras un desprendimiento de tierra.
Las labores de búsqueda y rescate continuaban el miércoles, con todavía dos personas desaparecidas.
Hinnamnor, que además de lluvia torrencial arrastró vientos de unos 140 kilómetros por hora, ha dejado imágenes de supermercados, calles o aparcamientos -tanto subterráneos como exteriores- completamente anegados en Pohang, y de otros importantes destrozos en ciudades como Busan, la segunda ciudad del país.
El tifón Hinnamnor, el más fuerte del país en décadas, forzó a más de 4.700 a dejar sus hogares y destruyó unos 12.000 casas y edificios.
Casi 90.000 viviendas se quedaron sin luz, pero el suministro se había recuperado en la gran mayoría el miércoles por la mañana, indicaron las autoridades.
Antes de que el tifón tocara tierra, las autoridades surcoreanas habían cerrado más de 600 escuelas y las aerolíneas locales cancelaron unos 250 vuelos domésticos.
Esto pone nuevamente de relieve los desafíos en infraestructura que encara el país asiático en un momento en el que los fenómenos meteorológicos extremos parecen golpear la península coreana cada vez con más frecuencia por obra del cambio climático.
En agosto un volumen de precipitaciones histórico inundó barrios enteros del centro de Seúl dejando 16 muertos, tres de ellos miembros de una misma familia que perecieron ahogados en un apartamento situado en un semisótano.
(Con información de EFE y AFP)
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