El gigante energético ruso Gazprom publicó un video en el que amenazó con provocar una nueva edad del hielo en Europa, días después de que interrumpiera indefinidamente el suministro de gas a través del gasoducto Nord Stream, vital para el continente.
En el video, el proveedor de gas natural controlado por el estado ruso muestra los supuestos efectos que la falta de gas provocará este invierno en las capitales de Europa occidental, con apocalípticas imágenes de Berlín, París, Londres y las instituciones europeas cubiertas de nieve blanca y niebla helada. La filmación también muestra a un empleado de Gazprom que parece cerrar el suministro de gas.
“El invierno será grande, sólo anochecer y nieve”, dice la canción, interpretada por la cantante rusa Barbara Vizbor. Se trata de la nieta del cantante Yuri Vizbor, un artista clásico de la era soviética (vivió entre 1934 y 1984) que es el autor de la letra.
La filmación fue compartida en Twitter por el asesor del gobierno ucraniano Anton Gerashchenko. “¿De verdad creen que pueden matar a miles de ucranianos, capturar territorios de otro país y Europa mirará hacia otro lado, temerosa del chantaje con gas?”, comentó el funcionario.
Gazprom anunció el viernes que el Nord Stream, que conecta Rusia con Alemania y debía reanudar su servicio el sábado tras unas tareas de mantenimiento, cesaría su actividad “completamente” hasta la reparación de una turbina.
Europa acusa a Rusia y sus compañías de utilizar el gas natural como un arma, en respuesta a las sanciones que Occidente impuso al Kremlin por la invasión a Ucrania.
Por su parte, Moscú afirma que el cierre se debe a una penuria de piezas de recambio provocada por las sanciones occidentales, algo que amenaza la integridad del gasoducto. Los políticos de la UE descartan las explicaciones de Gazprom sobre los problemas de las turbinas como un pretexto.
Nord Stream 1, que cruza el mar Báltico hasta Alemania, es por lejos el mayor gasoducto ruso hacia Europa, transportando hasta 59.200 millones de metros cúbicos de gas al año.
Este miércoles, el presidente de Rusia, Vladimir Putin, negó que su país use la energía como un “arma” contra Europa. “¡Otra vez una tontería! ¿Qué arma usamos? Proporcionamos lo que sea necesario según las peticiones hechas” por los países importadores, dijo Putin en un foro económico en Vladivostok, en el extremo oriente ruso, ante una audiencia de empresarios y políticos asiáticos.
“Si nos dan una turbina, reactivaremos mañana el Nord Stream”, dijo Putin.
Sin embargo, amenazó con detener el suministro de petróleo y gas a Europa si se imponen límites de precios, una medida que la UE viene estudiando para evitar que se siga financiando la invasión a Ucrania y las arcas del Kremlin, que ha estado aprovechando la subida de precios. Putin criticó lo que considera como “una tontería” y una solución “sin perspectivas”.
Europa se enfrenta a la peor crisis de suministro de gas de su historia, con los precios de la energía disparados y los gobiernos incluso discutiendo posibles racionamientos ante la posibilidad de que Rusia interrumpa por completo los suministros. Alrededor de la mitad de los estados miembros de la UE ya se han visto afectados por la interrupción del suministro.
Las naciones europeas han estado luchando para crear un suministro constante de gas antes de los meses de invierno, en un contexto en que la dependencia del gas ruso las dejó en una posición difícil mientras apoyan a Ucrania frente a las tropas invasoras.
Para evitar un déficit energético, Alemania decidió mantener en reserva dos centrales nucleares, tomó medidas para reiniciar las centrales de carbón paralizadas y llenar los depósitos de gas antes del invierno.
Italia aprobó rebajar un grado la calefacción en invierno para ahorrar energía y redujo en 15 días el periodo en el que los radiadores podrán estar encendidos, entre otras medidas que buscan reducir el consumo en al menos 8.200 millones de metros cúbicos de gas natural.
En el Reino Unido, la flamante primera ministra Liz Truss anunció como primera medida de su gobierno un paquete de ayuda para congelar las tarifas en medio del fuerte aumento de los precios de la energía. Numerosas empresas e instituciones, incluidos hospitales y escuelas, advirtieron que tendrán que hacer dramáticos recortes o incluso cerrar ante la disparada de los costes, que amenaza con un otoño de protestas y huelgas.
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