El Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) afirmó este miércoles que “no puede garantizar que el programa nuclear iraní sea exclusivamente pacífico”, debido a la falta de explicaciones sobre la detección de uranio en instalaciones iraníes no declaradas.
En un informe emitido hoy por el organismo, los inspectores critican que siguen sin recibir “explicaciones técnicamente creíbles” sobre la presencia de partículas de uranio en tres instalaciones no declaradas como nucleares.
El director general del OIEA, Rafael Grossi, expresa en el informe su “creciente preocupación” de que Irán no coopera en el esclarecimiento de estas dudas.
Por eso, el OIEA no está en condiciones de confirmar que el programa atómico de Irán sea exclusivamente pacífico y pide a la República Islámica “que responda a sus obligaciones legales” lo antes posible.
La cuestión del uranio es uno de los puntos más ásperos de la negociación diplomática que arrancó en abril de 2021 en Viena para reactivar el acuerdo de 2015.
Aquel acuerdo se proponía garantizar la naturaleza civil del programa atómico iraní mediante limitaciones drásticas al mismo, a cambio de un alivio de las sanciones económicas vigentes contra el régimen persa. El acuerdo colapsó en 2018 cuando Estados Unidos anunció su retiro, por iniciativa de su entonces presidente Donald Trump.
En un reporte trimestral confidencial, el OIEA les dijo a las naciones miembros que piensa que Irán tiene aproximadamente 55,6 kilogramos (122,6 libras) de uranio enriquecido a hasta 60% de pureza físil -un incremento de 12,5 kilos respecto a mayo-.
Ese enriquecimiento está a un breve paso técnico del nivel de 90% necesario para su uso en armas. Los expertos en no proliferación han advertido que Irán tiene ahora suficiente uranio enriquecido a 60% para reprocesar combustible para al menos una bomba nuclear.
El informe del OIEA, que fue visto por la agencia The Associated Press, estima que para el 21 de agosto, las reservas totales iraníes de uranio enriquecido eran de 3.621,3 kilos — un incremento de 365,5 kilos desde el reporte trimestral previo en mayo.
Los inspectores destacan además que la decisión de Irán de desconectar decenas de cámaras de vigilancia y verificación del OIEA dificultará sus capacidades para dar garantías sobre la naturaleza pacífica del programa nuclear iraní.
Mientras sigue creciendo la producción del material fisible, con posible doble uso, civil y militar, Irán mantiene restringidas las inspecciones del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) en su territorio.
Concretamente, los iraníes niegan a los inspectores visitar cualquier tipo de instalación sin aviso previo, ni tampoco dan acceso a los datos de vigilancia electrónica de la producción de uranio enriquecido.
Teherán decidió desconectar en junio pasado unas 40 cámaras de verificación del acuerdo nuclear de 2015 como reacción a una resolución crítica de la Junta de Gobernadores del OIEA.
El acuerdo nuclear estipula que Irán no debería tener más de 300 kilos de uranio enriquecido en forma de gas, lo que equivale a unos 200 kilos en forma sólida.
Irán, que desde 2019 no cumple sus obligaciones del acuerdo, justifica la producción de uranio enriquecido hasta un 60 % como material dedicado a fines médicos.
Fuentes cercana al OIEA señalaron hoy ante la prensa que Irán está aumentado el ritmo de producción de ese uranio enriquecido, ya que está logrando “optimizar el proceso”.
Las negociaciones sobre el restablecimiento del acuerdo se encuentran en la recta final, aunque las partes parecen estancadas para llegar a un acuerdo.
Teherán reclamó de nuevo este martes el cierre de la investigación del OIEA, a fin de alcanzar un nuevo acuerdo con todas las partes (Reino Unido, Estados Unidos, Francia, China, Rusia, Alemania y la UE).
La Unión Europea (UE) presentó en agosto una última propuesta para salvar el acuerdo, a lo que Irán y Estados Unidos han presentado sus comentarios.
(Con información de AFP, AP y EFE)
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