El vertido de aceite hidráulico procedente del buque ‘OS 35′, varado en la cara este del Peñón de Gibraltar tras colisionar con un buque en la Bahía de Algeciras, llegó este viernes a la costa española, en concreto a la del municipio de La Línea de la Concepción, en la provincia de Cádiz.
El alcalde de esta localidad del sur de España, Juan Franco, explicó a los medios que este vertido, que traspasó la barrera anticontaminación dispuesta por el dispositivo de emergencia de Gibraltar, terminó rodeando el Peñón por los vientos y entró en la Bahía de Algeciras, lo que ha llevado ya restos de aceite a la costa de poniente de La Línea.
“Lo que ha entrado es un vertido preocupante, pero no es una tragedia”, afirmó Franco, que recalcó que, “si los trabajos siguen al ritmo que están y el barco se vacía de material combustible, el primer problema serio se habrá solventado y esto serían sólo los restos de ese escape que hubo ayer”.
“Lo preocupante son las 500 toneladas que tiene el buque. Esta mañana ya se ha retirado el 80 % del fuel que transportaba, lo que supone un 40 % del total de los materiales, y se sigue trabajando. Y este vertido que llega a nuestra costa, en términos coloquiales, es un coletazo de la fuga de ayer, que está controlada y no ha ido a más”, dijo Franco.
Según el alcalde, ya se han retirado 4.000 kilos del aceite vertido al mar, “la mitad del vertido, y hoy se espera la retirada de la otra mitad lo más pronto posible”.
El Ayuntamiento ha puesto en marcha un dispositivo de limpieza para actuar en la retirada de restos de vertido en la playa de poniente, donde ondea desde esta mañana la bandera roja, si bien “la situación ahora mismo está controlada”.
La Policía Real de Gibraltar detuvo ayer jueves al capitán del buque, ya que tras la colisión con otro barco el pasado lunes, no siguió las instrucciones de las autoridades de detener su marcha y quiso seguir rumbo a alta mar.
Después de salir de la Bahía de Gibraltar hacia el Estrecho, el capitán vio que no podía seguir su marcha, ya que el barco tenía una entrada de agua “notable”, y fue entonces, ante el riesgo de hundimiento, cuando el barco siguió las instrucciones de las autoridades gibraltareñas, que estimaron que “la única solución viable” era encallarlo en aguas poco profundas, en la zona en la que permanece.
(Con información de EFE)
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