China amenazó este viernes a Estados Unidos con “contramedidas” si no anula un paquete de venta de armas a Taiwán por 1.100 millones de dólares que, según dijo, “pone en grave peligro” las relaciones entre Washington y Pekín.
Liu Pengyu, portavoz de la embajada china en Washington, dijo que Beijing tomará “las legítimas y necesarias contramedidas a la luz del desarrollo de la situación”.
El vocero de la embajada china pidió a Estados Unidos que “revoque inmediatamente” la venta de armas. “Envía señales erróneas a las fuerzas separatistas de la ‘independencia de Taiwán’ y pone en grave peligro las relaciones entre China y Estados Unidos, así como la paz y la estabilidad en el estrecho de Taiwán”, declaró Liu Pengyu.
Más temprano el viernes, EEUU había anunciado un paquete de asistencia militar a Taiwán por valor de 1.100 millones de dólares y que servirán a la isla, cuya soberanía reclama China, para reforzar su sistema de misiles y de radares, informó un portavoz del Departamento de Estado.
El anuncio llega en un momento de especial tensión en torno a Taiwán con maniobras militares de China cerca de la isla y después de la polémica visita de la presidenta de la Cámara de Representantes estadounidense, Nancy Pelosi.
El paquete de ayuda es el mayor concedido hasta ahora a Taiwán por el Gobierno de Joe Biden e incluye 60 sistemas de misiles de tipo Harpoon para disparar contra buques y 100 misiles de corto alcance del modelo AIM-9 Sidewinder, así como apoyo financiero para un sistema de radares.
La ayuda aún debe ser avalada por el Congreso de Estados Unidos, donde Taiwán tiene el apoyo tanto de demócratas como de republicanos, por lo que la aprobación es un mero trámite.
El citado portavoz del Departamento de Estado defendió que la ayuda militar es necesaria para que Taiwán “mantenga su capacidad para defenderse a sí mismo” y recordó que, desde 2010, el Gobierno de EEUU ha notificado al Congreso la entrega de más de 35.000 millones en ayuda militar a Taiwán.
La ayuda, argumentó el portavoz, cumple con el principio de “una sola China” que Pekín impone como base de sus lazos con cualquier país. Esa política significa que el único Gobierno chino al que debe reconocer EEUU es el que tiene sede en Pekín, lo que lo aleja de las aspiraciones independentistas de Taiwán.
Biden ha reiterado en varias ocasiones su respeto a ese principio que hizo que hace casi medio siglo EEUU rompiera lazos diplomáticos con Taipei y los estableciera con Pekín.
A cambio, Estados Unidos adoptó el Acta de Relaciones de Taiwán de 1979, en la que se comprometía a suministrar ayuda militar a la isla pero no dejaba claro si intervendría en caso de ataque chino, una política bautizada como “ambigüedad estratégica”.
Por su lado, China reclama la soberanía de la isla y considera a Taiwán una provincia rebelde desde que los nacionalistas del Kuomintang se replegaron allí en 1949 tras perder la guerra civil contra los comunistas.
(Con información de AFP y EFE)
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