La misión del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) tendrá acceso el jueves a la central nuclear ucraniana de Zaporizhzhia, ocupada por los rusos, donde intentará establecer “una presencia permanente”, indicó su director general Rafael Grossi.
“Nos preparamos para el verdadero trabajo que comienza mañana”, declaró Grossi este miércoles. “Vamos a intentar establecer una presencia permanente de la agencia a partir de ese momento”.
El convoy de la ONU, que cuenta con una veintena de vehículos, la mitad de los cuales tienen la inscripción “UN” (Naciones Unidas), y una ambulancia, entró en la ciudad el miércoles por la tarde, según periodistas de la AFP en el lugar. Zaporizhzhia se encuentra a unos 120 km de esta central, la más grande de Europa.
Grossi llegó el lunes a Kiev al frente de un equipo de 13 personas, explicó que pasarán “unos días” en el lugar e informarán sobre sus conclusiones al volver.
La central nuclear está desde marzo en manos de Rusia que, según Kiev, habría desplegado cientos de soldados y almacenado munición en sus instalaciones.
Inicialmente, Ucrania temía que una visita del OIEA a Zaporizhzhia legitimara la ocupación rusa del lugar, pero después respaldó la misión si el equipo partía del territorio bajo su control.
Esto implicó que los inspectores debieron cruzar la línea del frente con garantías de seguridad de ambos lados.
En su habitual discurso nocturno, el presidente ucraniano Volodimir Zelensky denunció que Rusia seguía “sus provocaciones” en las zonas por las que debía pasar la misión para llegar a la planta.
“Espero que el equipo del OIEA pueda empezar su trabajo”, afirmó Zelensky, que se había reunido antes con Grossi y había tildado la situación de “extremadamente amenazante”.
“Los ocupantes no han abandonado la planta, continúan los bombardeos y no retiran las armas ni la munición del lugar. Están intimidando a nuestro personal. El riesgo de catástrofe nuclear debido a las acciones rusas no disminuye”, insistió.
Contraofensiva en el sur
La visita coincide con un recrudecimiento de los combates en la cercana región meridional de Kherson y en la cuenca minera del Donbás en el este del país.
La mayoría de la región de Kherson, a orillas del mar Negro, y su capital homónima fueron capturadas a principios del conflicto por las tropas rusas que avanzaron desde la península de Crimea, anexada por Moscú en 2014.
El lunes, las tropas ucranianas lanzaron una contraofensiva en el frente sur, un movimiento previsto por los analistas ante el estancamiento del conflicto en el Donbás.
El ministerio de Defensa ruso aseguró el martes que Ucrania encajó una “derrota” en su contraataque en el sur, sufriendo “bajas a gran escala” de más de 1.200 soldados y 150 vehículos militares.
Sus tropas también bombardearon otras ciudades ucranianas como Kharkiv (noreste), donde al menos cinco personas murieron en un ataque contra el centro urbano, o Mikolaiv (sur), donde fallecieron dos personas y 24 resultaron heridas.
Suministro de gas suspendido
Ante la dilatación del conflicto, los ministros de Defensa de la Unión Europea, reunidos el martes en Praga, empezaron a planificar un programa de entrenamiento para soldados ucranianos.
“Hay muchas iniciativas, pero las necesidades son enormes”, dijo el jefe de la diplomacia de la UE, Josep Borrell, esperando “un acuerdo político general y global” al respecto.
Más complicado es el consenso en la propuesta de prohibir la entrada de viajeros rusos al territorio de la Unión Europea, que debe ser objeto de discusión de los ministros de Asuntos Exteriores este miércoles en Praga.
Objeto de numerosas sanciones occidentales, Moscú también aprieta las tuercas al bloque, reduciendo sus exportaciones de gas al resto del continente, que ha visto dispararse los precios de la electricidad.
Así, el miércoles suspendió nuevamente el suministro de gas a través del gasoducto Nord Stream, que conecta con Alemania, por unas obras de mantenimiento en una estación de compresión en territorio ruso.
(Con información de AFP)
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