La tasa de inflación en España se moderó ligeramente en agosto al bajar cuatro décimas, hasta el 10,4%, debido principalmente al descenso del coste de los carburantes, según adelantó este martes el Instituto Nacional de Estadística (INE).
De acuerdo con estos datos, también contribuyeron a la bajada los combustibles líquidos, aunque se encarecieron la electricidad, la alimentación, la restauración y los paquetes turísticos.
De hecho, este agosto cerrará como el mes con la electricidad más cara de la historia en España, con un precio medio en el mercado mayorista por encima de los 290 euros (290 dólares) el megavatio/hora (MWh), lo que hará que la factura de la luz supere este mes los 110 euros (110 dólares).
El de este mes es el primer descenso del índice de precios al consumidor (IPC) desde abril de este año, cuando la tasa bajó al 8,3% desde el 9,8% de marzo, y el tercero desde febrero de 2021, cuando comenzó la tendencia alcista de la inflación.
Los mayores picos de la inflación española en los últimos meses se dieron en marzo, coincidiendo con el inicio de la guerra en Ucrania, y en junio, momento en el que Rusia redujo el suministro de gas a Europa.
Respecto a la inflación subyacente (la que excluye los alimentos sin elaborar y los productos energéticos) escaló en agosto tres décimas, hasta el 6,4%, una tasa que, de confirmarse, sería la más alta desde enero de 1993.
Por otra parte, el índice de precios de consumo armonizado (IPCA), que mide la evolución de los precios con el mismo método en toda la zona euro, se situó en el 10,3% en tasa interanual (cuatro décimas menos) y en el 0,1% en la mensual.
(Con información de EFE)
SEGUIR LEYENDO: