Las tensiones entre Australia y China suman un nuevo capítulo. En Canberra se encendieron las alarmas en los últimos días ante la posible compra de 21 islas cercanas a Papúa Nueva Guinea por parte del régimen chino.
Anthony Albanese, primer ministro australiano, advirtió que sería preocupante que estas islas, ubicadas frente a la costa noroeste del país, estén en poder de Beijing.
El grupo de islotes, conocido como Islas del Conflicto, fue puesto a la venta por el empresario australiano Ian Gowrie-Smith, quien recientemente declaró al medio Nine News que el pasado mes de junio envió un correo electrónico a la ministra de Asuntos Exteriores de Australia, Penny Wong, para comentarle su intención de vender las islas.
Según indicó, la razón por la que se dirigió al gobierno australiano es su preocupación por las implicaciones de seguridad para Australia del pacto de seguridad entre China y las Islas Salomón, que se dio a conocer en junio.
Las Islas del Conflicto son estratégicamente importantes, ya que se encuentran cerca de una de las principales rutas marítimas de Canberra. Asimismo, en las inmediaciones hay tres cables submarinos que conectan a Australia con el mundo.
Esta situación se da en momentos de una creciente tensión entre Canberra y Beijing tras la presentación el pasado mes de abril del acuerdo de seguridad entre China y las Islas Salomón. Las fuerzas de seguridad australianas advirtieron que una posible presencia militar china en las Islas Salomón afectaría a las pautas de patrullaje de la Fuerza de Defensa de Australia (ADF, por sus siglas en inglés).
Gowrie-Smith anunció que vendería las Islas del Conflicto a China si no obtiene una respuesta favorable del Departamento de Asuntos Exteriores y Comercio de Australia (DFAT, por sus siglas en inglés). El precio por el que aceptaría venderlas a Canberra es de 25 millones de dólares (36 millones de dólares australianos).
Albanese aclaró que el Gobierno no está en condiciones de comprar todas las islas, pero afirmó que el Ejecutivo se asegurará de que el “interés nacional” siga protegido ante el expansionismo chino.
También defendió a la ministra de Asuntos Exteriores, Wong, quien fue criticada por no haber respondido al correo electrónico de Gowrie-Smith con prontitud. Según indicó el primer ministro, el Departamento de Asuntos Exteriores y Comercio (DFAT, por sus siglas en inglés) no pudo localizar el correo en cuestión.
Albanese anunció que Wong tiene previsto realizar una visita a Papúa Nueva Guinea la próxima semana, y que en su agenda oficial podría incluir el tema de la venta de las Islas Conflicto.
Semanas atrás el mandatario australiano aseguró que el país revisará su estrategia militar ante los “futuros retos de seguridad” que afronta en las próximas décadas a raíz de la creciente influencia de China en la región del Indopacífico.
“Esta revisión preparará a Australia para responder eficazmente al cambiante entorno estratégico regional y mundial y garantizará que la capacidad y la estructura de las fuerzas de Defensa se ajusten a los objetivos, sean asequibles y ofrezcan el mayor rendimiento de la inversión”, dijo Albanese en una rueda de prensa en Canberra.
La revisión independiente, la primera desde 2012, analizará cómo las capacidades militares pueden integrarse y operar de forma conjunta con las de sus socios estratégicos, especialmente Estados Unidos y Reino Unido, países con los que Australia firmó el pacto de seguridad AUKUS en septiembre pasado.
El AUKUS, que busca hacer frente a China en el Indopacífico, incluye el desarrollo de submarinos nucleares en Australia, los cuales comenzarían a operar en la década de 2040, aunque los detalles sobre su adquisición no se conocerán hasta principios del 2023.
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