Letonia derribará el martes un monumento de la época soviética que conmemora la victoria del Ejército Rojo sobre la Alemania nazi, según informaron las autoridades, una semana después de que Estonia retirara un monumento similar, en el marco de un creciente antagonismo hacia Rusia y lo ruso por la invasión de Ucrania.
La policía ha levantado una valla amarilla para acordonar la zona cercana al monumento, que se levanta como un rascacielos en el Parque de la Victoria del centro de Riga. Tiene una aguja de hormigón de 80 metros con una estrella soviética en la parte superior, con dos grupos de estatuas junto al borde de un estanque.
El monumento, construido en 1985 cuando Letonia aún formaba parte de la Unión Soviética, será derribado con maquinaria el martes, dijo Janis Lange, director ejecutivo de la capital letona. Dijo en una conferencia de prensa que se derribará sin el uso de explosivos, según la televisión letona.
No quedó claro de inmediato qué ocurrirá con el monumento después de su derribo.
El obelisco de hormigón forma parte de un complejo que incluye dos grupos de estatuas: una banda de tres soldados del Ejército Rojo y, al otro lado, una mujer que representa a la “Madre Patria” con los brazos en alto. Todo el complejo será desmontado.
Letonia, que comparte una frontera de 214 kilómetros con Rusia, tiene un gran grupo de rusos étnicos viviendo en el país. En la festividad anual del Día de la Victoria, el 9 de mayo, se reúnen frente al monumento para depositar flores y también se organizan conciertos.
El acto ha causado controversia entre la población de Letonia, que desde que recuperó su independencia en 1991 se ha convertido en miembro de la OTAN y de la Unión Europea.
Durante el fin de semana, la Unión Rusa de Letonia dijo que tiene previsto organizar una protesta el lunes por la noche. El grupo afirma haber reunido más de 10.000 firmas de personas que se oponen a la retirada del monumento, según el Baltic News Service.
Pero Lange dijo en una conferencia de prensa el lunes que el Ayuntamiento de Riga dijo que no daría permiso para que celebraran una protesta.
En mayo, el Parlamento de Lativa votó a favor de la demolición del monumento en la capital y el Ayuntamiento de Riga hizo lo mismo.
Los países bálticos han retirado muchos monumentos que glorifican a la Unión Soviética o a los líderes comunistas.
En 2007, el traslado de un monumento de la Segunda Guerra Mundial de un soldado del Ejército Rojo en la capital de Estonia, Tallin, provocó días de disturbios. La semana pasada, Estonia retiró un monumento de la época soviética con un tanque en la parte superior a las afueras de la ciudad de Narva, en el este de habla rusa del país báltico, y trasladó la réplica del tanque a un museo de guerra al norte de Tallin.
Letonia, Estonia y Lituania han adoptado una postura dura contra la invasión rusa de Ucrania. Los estados bálticos tienen grandes minorías de habla rusa que a veces están en desacuerdo con los gobiernos nacionales.
Hace 10 días, el parlamento de Letonia declaró a Rusia como “Estado patrocinador del terrorismo” y consideró que sus acciones en Ucrania constituían “un genocidio” contra el pueblo ucraniano.
Por su parte, la semana pasada, Estonia enfrentó y repelío el ciberataque más severo de los últimos 15 años, tras haber retirado un tanque soviético en la ciudad fronteriza de Narva, anunció este jueves el máximo responsable de informática del país báltico. Un tanque soviético T-34 que estaba montado sobre un pedestal en Narva, una ciudad de mayoría rusa en la frontera con ese país, fue retirado el martes y trasladado a un museo.
Restricción del idioma ruso
El Gobierno de Letonia tiene previsto aprobar en los próximos días una ley para restringir el empleo del ruso en los sectores público y privado y en el comercio.
El borrador de la ley, presentado este lunes a los socios de coalición del primer ministro centroderechista Krišjānis Kariņš, se marca como objetivo aplicar en la práctica el resultado del referéndum de 2012 sobre el uso del ruso.
Entonces, un 74,8 % de los letones se pronunció en contra de reconocer como lengua oficial el ruso, que según datos de 2019 de la Oficina Central de Estadística Letona (CSB) es el idioma nativo de un 37,5 % de los ciudadanos, muchos de ellos descendientes de trabajadores instalados en el país báltico por las autoridades soviéticas.
El proyecto de ley pretende “mitigar los efectos de la rusificación a largo plazo y erradicar la práctica cotidiana de emplear tanto el letón como el ruso en la comunicación diaria en el entorno de trabajo y en los servicios”.
La prohibición de facto de usar el ruso se extenderá no sólo a los organismos públicos, sino también, entre otros, a la comunicación con los clientes de compañías como bancos y empresas de telecomunicaciones, al transporte público, las infraestructuras como aeropuertos y estaciones e incluso al servicio de recogida de basuras.
La ley no impediría, por el contrario, el uso del ruso en conversaciones individuales en un comercio o el empleo de intérpretes para interactuar con la administración pública; además, se hará una excepción para emergencias o situaciones de riesgo.
(Con información de AP, AFP, EFE)
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