Google, Dell, Amazon, Apple... El listado de empresas tecnológicas -y de otros sectores- que comienzan a instalarse en Vietnam es cada vez más extenso. Estos movimientos representan además un duro golpe para la economía de China, cuya fama en las últimas dos décadas se basó en erigirse como la “fábrica” tecnológica del planeta. Al parecer, ese rótulo comienza a desvanecerse lentamente. Varios factores explican, en principio, las mudanzas: desde las medidas restrictivas por la pandemia del COVID-19, pasando por la pelea comercial con los Estados Unidos, hasta las oportunidades que ofrece el gobierno vietnamita, cuya economía es cada vez más robusta.
Es que en los últimos años, Hanoi ha logrado ofrecer unas finanzas y unos números tan estables que consiguieron posicionar al país entre los más seguros del Sudeste Asiático. Es que Vietnam tiene un sólido historial: desde 1990 su crecimiento promedió el 6% anual. Ese aumento en el nivel productivo del país sólo se vio interrumpido por la pandemia del coronavirus, aunque ese año (2020) sus números también fueron positivos.
En 2016, The Economist ya advertía sobre el crecimiento de la nación asiática: “Quizás el mayor factor a favor de Vietnam sea la geografía. Su frontera con China, un punto de conflicto militar en el pasado, es ahora una ventaja competitiva. Ningún otro país está más cerca del corazón manufacturero del sur de China, con conexiones por tierra y mar. A medida que los salarios chinos aumentan, Vietnam se convierte en el sustituto obvio para las empresas que se trasladan a centros de producción de menor coste”.
Esa tendencia se mantiene hasta estos días. Sumada a una estabilidad económica que hace aún más atractiva la posibilidad de traslado. Moody’s Analytics -una de las consultoras más importantes del mundo- enumeró otros factores, sobre todo su comparación con el régimen chino.
Moody’s proyectó que continuará beneficiándose de las entradas de inversión desviadas de las incertidumbres políticas en China. Es, además, la única economía de Asia-Pacífico que ha experimentado una significativa revisión al alza de las previsiones de crecimiento del PIB. La consultora proyecta que el crecimiento de su PIB en 2022 alcanzará el 8,5%, el más alto entre los demás países de la región.
“La lenta reapertura de la economía vietnamita a principios de año se ha convertido en una rápida mejora de la producción industrial y el comercio de exportación, apoyada por la continua inversión extranjera directa. La incertidumbre de la política en China está dirigiendo la inversión hacia Vietnam y otros países del sudeste asiático”, señalaron los economistas en un informe de este 15 de agosto.
El informe fue pesimista respecto al régimen chino, lo que alimenta las expectativas sobre una economía más previsible como la vietnamita. Según Moody’s, las perspectivas para China y Hong Kong son las que más han disminuido. Prevé que el crecimiento del PIB real de China para 2022 alcance sólo el 3,4%, por debajo de la estimación de julio del 4,3%. Por otro lado, se espera que el PIB de Hong Kong para 2022 entre en territorio negativo tras los descensos trimestrales del PIB en el primer y cuarto trimestre de 2021, seguidos de un descenso trimestral aún más profundo del 2% en el primer trimestre de 2022 como consecuencia de las restricciones a los viajes internacionales y el cierre de la frontera con China.
“La continuación de las restricciones locales relacionadas con el Covid-19 hasta mediados de agosto se sumó a esta incertidumbre, aunque las restricciones actuales son limitadas y están situadas en el interior, lejos de los principales centros de fabricación y transporte marítimo”, dijeron los economistas de la economía de Hong Kong.
Diferencias con China
La periodista Shuli Ren, columnista sobre asuntos asiáticos de Bloomberg, escribió en las últimas horas un artículo en el cual puso de manifiesto las diferencias que actualmente se ven entre Vietnam y China, los dos más grandes países comunistas. “Hay una diferencia clave. Mientras China se hunde más en un agujero económico, el Partido Comunista de Vietnam parece capaz de corregir sus errores”.
Su enfoque de la pandemia de Covid-19 constituye un excelente ejemplo. Al principio, ambos países querían desarrollar sus propias vacunas, como una cuestión de orgullo nacional e interés estratégico. Cuando Nanocovax, de Vietnam, comenzó los ensayos clínicos de fase 3 en junio de 2021, el país estaba muy atrasado en materia de vacunación, ya que sólo el 1,5% de sus 98 millones de habitantes había recibido al menos una inyección. Hanoi también tenía entonces un enfoque de tolerancia cero. Al igual que Shanghái, el centro comercial de Ciudad Ho Chi Minh sufrió un bloqueo de cuatro meses el verano pasado. El ejército se desplegó en medio de la escasez de alimentos y las muertes.
Tal vez tambaleándose por el caos, Vietnam dejó de lado su orgullo, aprobó vacunas de todo el mundo y, en otoño de 2021, inyectó a su población dosis de AstraZeneca Plc, Pfizer Inc. e incluso de la china Sinopharm. Aceptó donaciones de gobiernos extranjeros, a través de las instalaciones de Covax de la Organización Mundial de la Salud, y animó a empresas como Samsung Electronics Co. a encontrar y pagar las vacunas. Con vacunas más eficaces para proteger a su población, Vietnam pudo reabrir su frontera por completo a mediados de marzo. China, en cambio, sigue negándose a importar las vacunas de ARNm, más eficaces, y continúa recurriendo a los cierres de ciudades.
En consecuencia, el contraste económico entre los dos países no podría ser más agudo, explicó Shuli Ren.
La analista continuó: En los últimos meses, los chinos han debatido mucho sobre si Vietnam desplazará a su país como principal centro de fabricación. También se ha generado ansiedad por el éxodo de las empresas mundiales. Vietnam aspira a un crecimiento del 7% este año, mientras que los dirigentes chinos han reconocido que el país no alcanzará su objetivo del 5,5%.
El crecimiento económico de un país puede comenzar con el aumento de las exportaciones, pero no termina ahí. Vietnam creció un 7,7% en el segundo trimestre. El sector manufacturero representó 2,4 puntos porcentuales, pero los servicios, incluidas las ventas al por menor y el turismo, contribuyeron con 2,9 puntos porcentuales al crecimiento global. Con la reapertura de la economía, los vietnamitas viajaron a islas turísticas como Phu Quoc con ganas, gastando en hoteles y restaurantes. En China, en cambio, los viajeros a la isla meridional de Hainan se quedaron atascados cuando la zona turística entró en un cierre brusco tras un brote local de Covid. Seguramente, esa experiencia marcaría a algunos consumidores.
Otras ventajas
The Economist también destaca en su informe la fuerza laboral de uno y otro país. “Una población relativamente joven contribuye al atractivo de Vietnam. Mientras que la edad media de China es de 36 años, la de Vietnam es de 30,7 años. Su mano de obra urbana tiene mucho margen para crecer. Siete de cada diez vietnamitas viven en el campo, casi lo mismo que en la India, y en comparación con sólo el 44% en China. La reserva de trabajadores rurales debería ayudar a amortiguar las presiones salariales, lo que daría a Vietnam tiempo para construir industrias de gran intensidad de mano de obra, una necesidad para una nación de casi 100 millones de habitantes”.
El crecimiento económico de Vietnam se aceleró más de lo previsto en el segundo trimestre, gracias a la recuperación de las exportaciones y de la industria manufacturera que ayudaron a compensar los riesgos de la pandemia y el aumento de los precios del petróleo fruto de la invasión de Rusia a Ucrania. La economía también se benefició de un estímulo fiscal de unos 15.000 millones de dólares y de una política monetaria más flexible por parte del Banco Estatal de Vietnam (SBV).
De acuerdo a Vietnam Briefing, el capital de inversión realizado por los proyectos extranjeros en los primeros seis meses de 2022 alcanzó el mayor incremento desde principios de año. “Esto demuestra que las empresas están recuperando, manteniendo y ampliando constantemente la producción y las actividades empresariales”. “Hubo 84 países que invirtieron en Vietnam en los primeros seis meses de 2022″, de acuerdo a ese medio. “Entre ellos, Singapur lideró con un capital de inversión total de más de 4.100 millones de dólares, lo que representa el 29,5% del capital de inversión total”.
(Con información de Nikkei Asia, Bloomberg, Vietnam Briefing y The Economist).-
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