Cada vez más, Ucrania está llevando la lucha contra las fuerzas invasoras de Vladimir Putin a las áreas controladas por Rusia. Y lo hace de dos formas: a través del uso de unidades militares de élite y el despliegue de una red clandestina de guerrilleros que los ucranianos llaman partisanos.
En las últimas semanas, los partisanos asumieron un papel destacado en la resistencia, ayudando al ejército ucraniano a asestar a Rusia golpes cada vez más humillantes e impulsando una contraofensiva en el sur. El golpe más resonante ocurrió la semana pasada, cuando los partisanos participaron en un ataque sin precedentes contra una base aérea rusa en la península anexada de Crimea, según confirmaron funcionarios ucranianos. El ataque destruyó ocho aviones de combate, afectando la capacidad de Rusia de lanzar ataques aéreos al sur del país.
“El objetivo es mostrar a los ocupantes que no están en casa, que no deben instalarse, que no tienen que dormir tranquilos”, dijo al New York Times un partisano que opera en zona de Melitopol identificado como Svarog, un nombre en código que se dio en honor a un dios pagano eslavo del fuego.
Según dijeron al NYT Svarog y un alto oficial militar ucraniano familiarizado con las actividades de la resistencia, el ejército ucraniano comenzó a entrenar a los partisanos en los meses previos a la invasión, cuando Rusia amasó tropas cerca de las fronteras.
Cada operativo tiene un papel diferente que desempeñar, explicó el alto funcionario: explorar un objetivo, recopilar inteligencia sobre los movimientos de un objetivo y llevar a cabo un ataque. Las celdas individuales se mantienen separadas y no se conocen entre sí, para que un partisano detenido no revele identidades durante el interrogatorio.
Las operaciones detrás de las líneas enemigas son supervisadas por dos entidades dentro de las fuerzas armadas ucranianas: el servicio de inteligencia militar, conocido como HUR, y las Fuerzas de Operaciones Especiales de Ucrania. Un grupo de trabajo interinstitucional supervisa las operaciones tanto de la agencia de inteligencia como de las ramas clandestinas de las Fuerzas de Operaciones Especiales, lo que se conoce como el Movimiento de Resistencia, o Rukh Oporu en ucraniano.
Así, los partisanos se escabullen por callejones oscuros para colocar explosivos, identifican objetivos rusos para la artillería ucraniana y los cohetes de largo alcance, hacen explotar las vías del tren y asesinan a los funcionarios ucranianos que consideran colaboradores de los rusos.
Pero más allá del éxito de los ataques, los partisanos aseguran que más importante es su efecto psicológico: envían a los rusos las señal de que nunca están a salvo.
El partisano con el nombre en código de Svarog contó que en un ataque esta primavera, él y varios miembros de la célula en Melitopol se colaron en la ciudad por la noche para colocar una trampa explosiva en un automóvil en el estacionamiento de un cuartel de policía controlado por Rusia. La bomba mató a un oficial de policía e hirió a otro.
La semana pasada, su célula colocó una trampa explosiva en el automóvil de Oleg Shostak, un ucraniano que se había afiliado al partido oficialista ruso Rusia Unida en Melitopol. Shostak resultó herido en la explosión pero sobrevivió.
El alto funcionario citó en cambio un envenenamiento en la región de Zaporizhzhia que mató a unos 15 soldados rusos y el sabotaje de un elevador de granos en la región de Kherson que impidió que las fuerzas rusas robaran 60.000 toneladas de granos.
Los partisanos también estuvieron detrás de una explosión el sábado que inutilizó un puente ferroviario que conecta la ciudad de Melitopol con Crimea, deteniendo el suministro de equipo militar que ingresa a la región de Zaporizhzhia.
“Estos partisanos son aterradores”, dijo el funcionario. “Pero son aterradores solo para los ocupantes”.
Por separado, también hay grupos que llevan adelante acciones no violentas, como Yellow Ribbon, una rama que se dedica a publicar folletos y pintar graffiti con aerosol, dijeron al NYT dos partisanos que operan en el sureste de Ucrania.
La actividad insurgente ahora se está intensificando, a medida que los combatientes de la resistencia atacan sigilosamente en entornos que conocen profundamente y mezclándose con la población local.
Melitopol, la ciudad del sur de Ucrania, es uno de los centros principales de la resistencia. Hasta el sábado, dijo el alcalde exiliado de la ciudad, Ivan Fedorov, los partisanos habían atacado con explosivos durante siete días seguidos.
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